El fallo adverso a Colombia en el litigo con Nicaragua por el archipiélago de San Andrés le costó al presidente Juan Manuel Santos un bajón en su imagen y elevó el nivel de pesimismo en el país.
Según la última medición de la encuesta Gallup, los colombianos no aprobaron la forma en que se manejó el caso con Nicaragua, situación que también castigó la imagen de la canciller María Ángela Holguín y, de paso, un mayor número de ciudadanos reprobó la forma en la que Santos dirige las relaciones internacionales.
Las enérgicas declaraciones del presidente Santos contra la legalidad de algunos puntos del fallo y su anuncio de que no lo acataría hasta que no se garantizaran los derechos de los sanandresanos, no fueron suficientes para detener la frustración de los colombianos por la pérdida de casi 75.000 kilómetros de mar.
"El pesimismo de los colombianos con respecto a cómo van las cosas en este bimestre está muy relacionado con el fallo de la Corte Internacional de Justicia de La Haya (CIJ), esto afecta el sentir del rumbo del país", indicó el gerente de Gallup Colombia, Jorge Londoño.
Ante la decisión de la Corte Internacional, las decisiones parecen estar divididas, en cambio, a la hora de rechazar el fallo y asumir las consecuencias negativas que esto pudiera implicar. Según la encuesta, el 55 por ciento es favorable a que se rechace, mientras que el 41 por ciento pide que se acate.
Pese a este bajón en el manejo de las relaciones internacionales, Santos mantiene una imagen positiva en esta materia, producto del buen momento político con los países vecinos y, por supuesto, con la firma de los Tlc.
Para el profesor de Relaciones Exteriores de la Universidad del Rosario, Andrés Molano, "a pesar del clima generado dentro del país por el fallo de la CIJ y el manejo que le dio el Gobierno al asunto, en términos generales sigue una valoración positiva del manejo de las relaciones exteriores por parte de este Gobierno".
La continuación de una relativa buen imagen se explica, agrega Molano, porque ha habido mucha actividad del país en materia de política exterior. "Está el asunto de la Cumbre de las Américas en Cartagena, la presencia de Colombia en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, el avance en la aprobación del Tratado de Libre Comercio con la Unión Europea, la cercanía de Venezuela con el proceso de paz y el mayor dinamismo en las relaciones con Ecuador".
La canciller Holguín tampoco fue ajena al golpe de opinión y creció siete puntos en desfavorabilidad. "La mayor responsabilidad de la canciller está en el manejo errático que se le dio al tema de Nicaragua y a algunas declaraciones bastante explosivas que hizo", agregó Molano.
Las declaraciones en las que trató a la CIJ como "enemigo" o cuando creó cierto pánico jurídico al decir que Nicaragua podía ir por más territorio, dejaron un sinsabor en la opinión que hoy le pasó cuenta de cobro. "Para una opinión pública que no está muy enterada de los pormenores de este largo proceso, pues vino a ser una de las figuras responsables del resultado en la CIJ", resaltó Molano.
El manejo social
En otras mediciones de la encuesta, a Santos no le va bien en temas como la lucha contra la corrupción, el narcotráfico y la guerrilla, en los que cede algunos puntos. Sin embargo, crece en asuntos de carácter social como la construcción de vivienda (de 62 a 69), la salud, la educación, las vías y la asistencia a la vejez, en el que hay un repunte de 12 puntos, al pasar de 48 a 60.
Las cifras no han cambiado mucho y apenas bajó un punto la percepción de los colombianos: el 71 por ciento está de acuerdo en que el Gobierno haya buscado la paz con las Farc por medio del diálogo. Sin embargo, y en la misma tendencia de octubre, el 54 por ciento de las personas no creen que los acercamientos den frutos.
El mismo Jorge Londoño, gerente de Gallup Colombia, señaló que “en el último bimestre no hubo una modificación sustancial, sigue siendo los porcentajes muy similares. La gente se siente respaldada por las Fuerzas Militares, pero quieren la negociación”.
Aunque hay pesimismo con el resultado de los diálogos, el 52 por ciento de los encuestados creen que si se firma la paz habrá mejor distribución de la riqueza en el campo, lo que concuerda con el primer punto de la agenda Gobierno-Farc y con el foro de Desarrollo Rural Integral que terminó ayer en Bogotá.
Luis Eduardo Celis, investigador de la corporación Nuevo Arco Iris, cree que el optimismo -que en la última encuesta rayaba un 44 por ciento-, en el tema de tierras, se debe a que “este Gobierno ha empezado a trabajar y a poner sobre la mesa el tema del mundo rural, con reformas, con la restitución y poniendo el tema en la agenda con las Farc. Ojalá fuera un porcentaje mayor el que creyera en esto”.
Y es que la esperanza por la distribución de las tierras se nota en que el 61 por ciento de los colombianos cree que el Gobierno será capaz de devolverles las tierras a los campesinos desplazados por la violencia: restitución.
Sin embargo, para el analista Alfredo Rangel es “muy lógico” que todas las personas quieran la paz “y por eso se apoyan los acercamientos, pero la soberbia y el cinismo de las Farc hacen desconfiar”, aunque el 50 por ciento de la gente está de acuerdo en sacrificar parte de la justicia para tratar de negociar la paz, como sucede en los procesos de justicia transicional, lo que vendría de firmarse un acuerdo con los subversivos.
La prueba de que los colombianos no creen en las Farc está en que el 79 por ciento no confía en que reparen a sus víctimas, “porque nunca las han reconocido y a la gente eso no se le olvida”, apuntó Rangel.
Los propósitos de paz, pese a la incredulidad, son apoyados y no se limitan a que sean con las Farc: el 68 por ciento de los encuestados apoya que se inicien diálogos con el Eln.