La chaqueta verde, el mítico club de Augusta, el temido par 72 del campo. Todos esos elementos que hacen grande al Masters pasaron a un segundo plan. Esta semana es el regreso del Tigre.
Ayer, Tiger Woods habló con la prensa por primera vez desde su escándalo. Fue la primera vez que aceptó preguntas de los periodistas, y dijo que se sintió emocionado por la recepción que tuvo de parte de los amantes del golf. Con aplausos incluidos.
"Cuando llegué hoy no sabía qué esperar en cuanto a la recepción que iba a recibir", dijo Woods. "La gente no podría haberse comportado mejor".
Más temprano, Woods jugó 18 hoyos en una práctica con el campeón del Masters de 1992 Fred Couples. En el final del recorrido se unió Jim Furyk. Un día antes, el domingo, había salido con su amigo y antiguo mentor Mark O'Meara.
El espectáculo está garantizado, y de cuenta del número uno del mundo. Así su primer golpe termine en el búnker del hoyo 1, el regreso del número uno del mundo será más importante que aquel que se vista con la chaqueta verde, el premio al ganador del Masters.
Pero no solo los canales de golf serán los interesados en tener las imágenes del regreso de Tiger. Los sitios de entretenimiento estarán pendientes de su esposa, de su familia, de si lo besa cuando gane, de si lo acompaña en la derrota. Será tan importante lo que haga afuera como dentro del green.
"Va a ser un pandemónium. Todos vamos a estar pendientes y eso de pronto nos puede acarrear algunos problemas, ya que los recursos de acceso a microondas, canales de satélite e Internet pueden llegar a ocuparse eventualmente en un momento", comentó Harvey Levin, productor ejecutivo del sitio de Internet TMZ.com, uno de los portales más exitosos de chismes y primicias en Estados Unidos.
En medio de las luces de los paparazzis y los reflectores de las cámaras se jugará un campeonato de golf, el más importante y tradicional del mundo, que tendrá, como ya es costumbre, al colombiano Camilo Villegas. Comenzará el jueves.
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