Apenas los vehículos empezaron a transitar las empinadas subidas hacia La Sierra, en el oriente de la ciudad, un chico radiante de felicidad gritó "ahí va Cuadrado y me saludó".
Esa exclamación alertó a muchos habitantes del sector, que ni una bandera tricolor lucía en el Día de la Independencia, y de inmediato arrancaron detrás de la caravana cual hormigas detrás de una víctima.
Algunos prefirieron subir por las escalas y cuando el integrante de la Selección de Colombia llegó a la polvorienta y reducida cancha de la Fundación Hogar Casa Claret lo recibieron con un fuerte aplauso que asustó hasta los pájaros que aprovechaban el aire puro del lugar.
"Queremos mostrar la cara amable de este barrio y por eso les recomiendo a los chicos que le apuesten al deporte teniendo presente que Dios es el único que puede cambiar esto", fue el mensaje principal que entregó el jugador de la Fiorentina de Italia en la entrega de uniformes para los 60 chicos del sector que conforman la escuela de fútbol que contará con su respaldo.
El encargado de agradecerle su generosidad fue Iván López, el chico que le tocó el corazón al deportista diciendo "esto es un sueño hecho realidad al tenerlo con nosotros, pues sólo podíamos verlo por televisión; gracias por subir a nuestro barrio, ayudarnos a salir adelante y tanto usted como el país tendrán noticias buenas de La Sierra, porque dejamos atrás la guerra para soñar con cosas grandes".
Igual de emocionado lució el niño Daniel Gil, quien de manera orgullosa se puso la amarilla de la Selección y se las ingenió entre la multitud para mostrarle a Cuadrado que llevaba su número 11 en la cancha del lugar donde por mucho rato se hablará de los 30 minutos de fútbol que tuvo un mundialista con más de 500 personas aplaudiéndolo, tomándose fotos y construyendo sueños.
Con el mensaje "Jesús hace el cambio", combinando el fútbol con unos pasitos de Ras Tas Tas, al lado del exjugador de Nacional Juan Guillermo Ricaurte, Cuadrado reiteró que "si todos trabajamos juntos y nos esforzamos siempre podemos salir adelante".
El jugador de las trencillas cambió por una mañana la rutina en La Sierra, donde hay una comunidad ávida de experiencias agradables y mejores oportunidades de vida
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