David Murcia Guzmán, "cerebro" de DMG, añadió un nuevo capítulo a su trepidante carrera con su extradición a Estados Unidos, donde es requerido bajo cargos de lavado de activos.
Antes de cumplir la treintena, Murcia experimentó el vértigo del ascenso, al pasar de ser un vendedor ambulante de mercancías al oriente del país a reunir en su conglomerado DMG a más de 20 empresas en Colombia.
Sin embargo, el joven empresario también tuvo ocasión de sentir el vahído de la caída desde que fue detenido en noviembre de 2008 en Panamá y deportado a Colombia, dos días después de la intervención de las autoridades a su conglomerado de empresas en el país.
La pirámide financiera DMG captaba dinero a través de tarjetas "prepago" y a cambio del pago de intereses que superaban el 50 por ciento de lo consignado, mecanismo que instaló en Panamá, Venezuela y Ecuador y que planeaba establecer también en México, Perú y Brasil.
Condenado en Colombia
Un juez colombiano condenó a Murcia en diciembre pasado a más de 30 años de cárcel al encontrarle "responsable de lavado de activos y captación masiva y habitual de dineros del público", por lo que también se le impuso el pago de una multa de 25.000 millones de pesos.
Ahora una corte de Nueva York acusa a Murcia de mover varios millones de dólares, que al parecer eran de narcotraficantes, a través de más de 18 cuentas bancarias y de adquirir propiedades en Miami y California para ocultar ganancias ilícitas.
Murcia aseguró el pasado noviembre que cuando llegue a Estados Unidos se declarará "inocente", que no hará "ningún trato con la justicia norteamericana" y explicó que no tiene "nexos con paramilitares ni con nadie para lavarles dinero".
Sus bienes y lujos
Tras la intervención de DMG han venido a conocerse historias sobre excentricidades de Murcia, de quien se afirma que vivía en Ciudad de Panamá en un apartamento alquilado por más de 8.000 dólares mensuales .
Entre los bienes decomisados a él y a sus empresas figuran yates, un jet ejecutivo y una avioneta, automóviles Ferrari y Maserati y motos Harley Davidson.
Precisamente el pasado diciembre, la empresa Cardoze & Lindo compró por 600.100 dólares una de las embarcaciones confiscadas en una subasta realizada por el Ministerio Público de Panamá con la que se resarcirá a los clientes panameños, cuyas pérdidas en el negocio piramidal del colombiano rondan los 3,5 millones de dólares.