El Comité Director de la Unión Ciclista Internacional (UCI) ha suspendido con carácter inmediato a la Federación Francesa "por apoyar abiertamente la organización, fuera del marco de la UCI, de la última edición de la París-Niza, organizada por ASO".
La Federación Francesa fue suspendida hasta el 31 de diciembre del presente año y multada con 10.000 francos suizos (6.200 euros). La medida sólo afectará a la representación francesa en los órganos de la UCI, pero no a los corredores.
La suspensión impedirá a la Federación Francesa organizar campeonatos del mundo, participar en el próximo congreso de la UCI y presentar candidatos a elecciones de sus órganos, además de que sus miembros no podrán ejercer como miembros de las comisiones.
El presidente de la UCI, Pat McQuaid, por cuya iniciativa se tomó esta medida, no participó en la adopción de este acuerdo. "Ha sido una decisión fuerte que demuestra que la UCI no va a tolerar que uno de sus miembros incumpla el reglamento internacional del ciclismo", declaró McQuaid.
El presidente de la UCI celebró que "por el bien del deporte la medida no afecte a los corredores ni a las pruebas que se disputan en Francia".
El Comité Director de la UCI renunció, en efecto, a excluir a los corredores franceses de los campeonatos del mundo, los Juegos Olímpicos u otras pruebas internacionales.
El conflicto se inscribe en las diferencias que mantienen la empresa ASO, organizadora del Tour y en posesión del 49 por ciento de los derechos de la Vuelta a España, que decidió sacar la gran ronda francesa del calendario internacional de la UCI para mantenerlo sólo en el de la Federación Francesa.
La ASO organizó la última París-Niza fuera de las regulaciones de la UCI, contando con el acuerdo de los equipos y la Federación Francesa, por lo que la Unión Ciclista Internacional abrió un procedimiento disciplinario a la Federación Francesa, que se sustancia ahora con esta suspensión.
