Con sorpresa, los usuarios del metro de los municipios de Itagüí, Envigado, Sabaneta, La Estrella y Caldas escucharon la voz que por los altoparlantes de la estación El Poblado les indicaba, pasadas las 8:30 p.m., que los trenes sólo prestarían el servicio hasta La Ayurá y si ese no era su destino deberían quedarse allí para abordar otro sistema de transporte.
Muchos de ellos, sin entender lo que ocurría, se bajaron en el lugar para buscar un bus en la autopista Sur o en la avenida Las Vegas, que los llevara a su destino final.
Vanessa Ortiz, trabajadora de un almacén de un centro comercial El Tesoro, fue una de las más angustiadas con la noticia, porque no tenía dinero en efectivo para desplazarse en otro medio, porque en su cartera solo llevaba varios tiquetes integrados del metro.
"Esto no me sirve para abordar un bus. Voy para La Estrella y no cargo dinero en efectivo, por eso tuve que llamar a un familiar para que viniera a recogerme en su carro", dijo la joven de unos 20 años, que se preguntaba, sin respuesta, ¿qué había ocurrido para que el tren se paralizara de esta forma y sin mayores explicaciones?
El obrero Gricelio Simanca, quien iba a coger turno a las 9.00 p.m. a una empresa del municipio de Sabaneta, también vivía la misma pesadilla: "Vengo de mi casa en San Javier, voy a coger turno y me dijeron que el tren solo llegaba hasta El Poblado, no entiendo qué sucede, pero me dejaron fuera de base, porque tengo que ir a coger bus en la avenida Las Vegas y a esta hora ese servicio es muy espaciado y, por eso, me retardará la entrada a laborar", indicó el hombre, quien se lamentaba porque pagó con la tarjeta cívica y perdió el viaje.
Zara Castillejo, estudiante y residente en Sabaneta, ya había cruzado el torniquete cuando escuchó por el altavoz: "el tren en plataforma solo presta servicio hasta la Ayurá". Esas palabras le cayeron como un baldado de agua fría porque quería llegar rápido a su casa. Esperó unos minutos para ver si alguien le respondía por sus tiquetes, hasta que apareció un hombre joven, alto, vestido de camisa blanca con una escarapela que lo identificaba como un empleado del sistema.
El hombre tomó una llave, abrió los torniquetes y sacó varios tiquetes y empezó a devolverlos a quienes ya lo habían cruzados y tenían como destino las estaciones del sur. "No sé qué ocurre, me mandaron a esto y no sé qué explicarle a los usuarios, lo único que puedo hacer es devolver los pasajes, para que lo utilicen en otra oportunidad y con los de la tarjeta cívica también puedo hacer lo mismo", indicó.
Aunque en el metro nadie le daba explicaciones de lo ocurrido y solo los altavoces daban a entender que había un problema entre las estaciones Ayurá y Envigado, tres trabajadores con chaquetas naranjadas y un vigilante observaban el sitio motivo de tanta perturbación para los usuarios del sistema masivo de transporte.
Como evidencia de lo ocurrido, allí, parte de la malla que impide el acceso a las líneas férreas estaba en el suelo y una parte en el caudal del río Medellín, en un sitio donde al Área Metropolitana adelanta arreglos a las losas de canalización del afluente.
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