La Policía española detuvo a ocho personas, entre ellas tres guardias civiles, integrantes de una red dedicada al tráfico de drogas, en una operación en la que fueron intervenidos 815 kilos de cocaína.
La operación concluyó con la desarticulación de la red responsable del tráfico de drogas en el Puerto de Marín de Pontevedra, en la norteña región de Galicia, que introducía en España el estupefaciente procedente de Suramérica.
Entre los detenidos se encuentran un subteniente de la Guardia Civil española en la reserva, un sargento primero -comandante de puesto del destacamento de Puerto de Marín- y un agente, según informaron fuentes de la investigación.
La operación fue desarrollada en colaboración con el Servicio de Vigilancia Aduanera, los Carabineros de Chile y la Agencia Antidroga de Estados Unidos en Madrid, Chile y Panamá.
La Policía frustró el último envío de la trama, que consistía en 815 kilos de cocaína que estaban ocultos en paquetes de gambas congeladas que fueron localizados en un polígono industrial de la ciudad gallega de La Coruña.
Empresa fachada
La investigación, que se inició hace aproximadamente un año, comenzó cuando los agentes policiales tuvieron conocimiento de que un grupo organizado podría dedicarse a introducir importantes cargamentos de cocaína a través de algún punto de Galicia.
Las primeras pesquisas policiales, según las mismas fuentes, vincularon la actividad criminal con un abogado, que se encargaba de dirigir la organización desde su despacho en la ciudad gallega de Vigo.
Este abogado habría puesto en marcha la ruta para el tráfico de estupefacientes desde Suramérica hacia España y, bajo el amparo de una empresa fachada con la que daba apariencia de legalidad a las importaciones, ofrecía a diversos narcotraficantes la posibilidad de "envíos seguros" de droga.
Para ello contaba con varios miembros de la organización, quienes "garantizaban" que los envíos franquearían el Puerto de Marín sin ser sometidos a ningún tipo de control documental o físico.
Los investigadores conocieron que el líder de la red mantuvo contactos con diversos traficantes a los que ofrecía su infraestructura para el tráfico de drogas.
En concreto, el pasado mes de mayo detectaron que una persona vinculada a la organización se había desplazado hasta Ecuador para presumiblemente organizar "in situ" un envío de cocaína.
Los agentes constataron que el cargamento había partido de Guayaquil (Ecuador) y había hecho escala en Cartagena (Colombia), para arribar al Puerto español de Marín, en Pontevedra.
El dispositivo policial establecido tras estas averiguaciones permitió localizar este cargamento en un polígono industrial y comprobar que la mercancía legal declarada era de gambas congeladas.
Sin embargo, en las últimas cajas se encontraron, bajo una primera capa de gambas, un total de 815 paquetes de cocaína de un kilo cada uno.