Por primera vez desde la muerte del "querido líder" Kim Jong-il y la ascensión de su hijo Kim Jong-un al frente del régimen de Corea del Norte, diplomáticos estadounidenses y norcoreanos se reunieron este jueves en Pekín, con la desnuclearización y posible ayuda alimentaria a Pyongyang a cambio en la agenda.
Las delegaciones, encabezadas por el enviado especial de Estados Unidos para Corea del Norte, Glyn Davies, y el viceministro de Asuntos Exteriores norcoreano, Kim Kye-gwan, se reunieron durante más de cinco horas, primero en la Embajada del aislado régimen estalinista en la capital china y después en la legación estadounidense.
Al término de las reuniones, Davies indicó que éstas continuarán este viernes, y que al no haber terminado no puede dar detalles sobre posibles avances, aunque confirmó que la posible ayuda alimentaria de Estados Unidos para Corea del Norte había sido uno de los temas tratados en el primer día de negociaciones.
Antes del fallecimiento de Kim Jong-il, en diciembre, Pyongyang prometió suspender su programa de enriquecimiento de uranio a cambio de 240.000 toneladas de ayuda alimentaria por parte de Estados Unidos, confirmándose una vez más que Norcorea usa su programa nuclear como arma de presión para obtener beneficios económicos.
"Las conversaciones fueron serias y sustanciales y en ellas se cubrieron los distintos temas", señaló al respecto del primer contacto Davies, quien un día antes de la reunión avanzó que en Pekín pondría sobre la mesa la desnuclearización de Corea del Norte, la no proliferación y los derechos humanos.
El diplomático no quiso comentar si ha percibido cambios en los diplomáticos norcoreanos a raíz del cambio de régimen en ese país, pero un día antes opinó que al menos encontraba positivo que Corea del Norte haya decidido reanudar sus contactos en relativamente poco tiempo después de su transición.
"Todavía se desconoce del todo en qué dirección va ese país", admitió, no obstante, el delegado estadounidense.
La delegación norcoreana, por su parte, no hizo declaraciones al término de la reunión.
Coincidiendo con el comienzo de este primer contacto diálogo, la agencia oficial norcoreana KCNA lanzaba una crítica a la Cumbre de Seguridad Nuclear prevista para el próximo mes en Seúl, señalando que es "ilógico discutir ese asunto en Corea del Sur, base avanzada de los Estados Unidos y semillero para una guerra nuclear".
Los anfitriones chinos, por su parte, se han mostrado esperanzados en que el diálogo cree condiciones para una pronta reanudación de las conversaciones a seis para la desnuclearización en la península Coreana, que China acogió entre 2003 y 2008, año desde el que están paralizadas.
"Estamos dispuestos a llevar a cabo esfuerzos constructivos con todas las partes en este sentido", señaló al respecto el portavoz Hong Lei del Ministro de Asuntos Exteriores de China, considerado uno de los pocos aliados políticos de Corea del Norte y su principal suministrador de ayuda energética y humanitaria.
Davies tiene previsto también reunirse en Pekín con el viceministro chino Wu Dawei, además de con representantes surcoreanos y japoneses en Seúl y Tokio el fin de semana, completando así la ronda de contactos con todas las partes implicadas, ya que hace unas semanas mantuvo encuentros con delegados rusos en Moscú.
El enviado estadounidense viaja acompañado por el jefe de la delegación norteamericano para las conversaciones a seis, Clifford Hart.
Washington quiere que Pyongyang detenga todas sus actividades nucleares y permita inspecciones de la ONU, mientras que Corea del Norte busca salir de las negociaciones con ayuda energética y financiera, además de reconocimiento político para su país.