El director gerente del FMI, Dominique Strauss-Kahn, se acostó este lunes por la noche en la célebre cárcel Rikers Island de Nueva York, tras una rápida y dramática caída en desgracia después de ser acusado del intento de una agresión sexual a la empleada de un hotel.
Separado de otros internos por su propia seguridad, Strauss-Kahn fue ubicado en una celda vacía de 3,5 por 4 metros y recibió ropa de cama, jabón, champú y crema de dientes.
Solo tres noches atrás, Strauss-Kahn había dormido en una lujosa suite de hotel a 3.000 dólares la noche con sala de conferencias, salón, baño de mármol y un dormitorio con una cama gigante y edredón de plumas.
En esa misma suite del hotel Sofitel cerca de Times Square, Strauss-Kahn agredió supuestamente a una mucama el sábado por la tarde. Desde entonces, su brillante carrera se desmorona.
Sus abogados dicen que es inocente pero aún así podría perder su cargo como jefe del Fondo Monetario Internacional, que supervisa la economía mundial, y sus esperanzas de presentarse a las elecciones presidenciales de Francia el próximo abril están por los suelos.
Strauss-Kahn, de 62 años, fue trasladado a Rikers Island después de que una jueza de Nueva York le negara su petición de fianza.
Para evitar posibles ataques al jefe del FMI, las autoridades lo pusieron en la más pequeña de las 10 cárceles del gran complejo de Rikers y fue separado de los otros presos.
"Esto no es para aislar al preso de cualquier contacto humano, sino que es para prevenir que sea discriminado o dañado de alguna manera como resultado de su alto perfil", dijo un portavoz del Departamento Penitenciario de Nueva York.
Este dijo que Strauss-Kahn será mantenido al margen de otros internos incluso cuando se le autorice a dejar su celda para estirar las piernas, hacer ejercicio o ver televisión.
Su comparecencia ante el juez
El jefe del FMI parecía agotado y tenso en su primera comparecencia judicial el lunes, mientras la fiscalía detallaba su supuesta agresión contra la mucama.
"La agredió sexualmente e intentó violarla", dijo el vicefiscal de distrito John McConnell al tribunal.
Strauss-Kahn podría recibir una pena de hasta 25 años de cárcel si llegara a ser condenado.
Los fiscales convencieron a la jueza Melissa Jackson de que Strauss-Kahn podría intentar huir a Francia, así que ordenó su encarcelamiento y fijó una nueva audiencia para este viernes. La policía sacó a Strauss-Kahn de un avión de Air France el sábado minutos antes de que despegara hacia París.
Se prevé que sus abogados apelen la decisión de la juez sobre la fianza y ésta podría ser una cuestión clave en el caso.
La fianza daría a Strauss-Kahn mucho mejor acceso a sus abogados y le permitirían vivir en Nueva York con su mujer, la famosa periodista de la televisión francesa Anne Sinclair, a la espera de juicio.
Sin ella, podría afrontar una larga espera en una miserable celda, una dura experiencia que según expertos podría llevarle a un acuerdo de culpabilidad negociada.
Mientras esté en Rikers, Strauss-Kahn tendrá previsiblemente permitidas tres visitas a la semana aparte de la de su abogado, y tendrá una hora diaria de ejercicios.
El carismático, multilingüe e ingenioso Strauss-Kahn fue elogiado por su liderazgo en el FMI durante la crisis financiera internacional de 2007-2009 además de durante la actual crisis de deuda de la zona euro, y su arresto conmocionó al Fondo.
