En nuestra ciudad se cumplió la Trigésima Octava Asamblea General de la Organización de Estados Americanos, la cual coincidía con los sesenta años de existencia de la entidad.
Para Medellín esta ha sido la reunión de mayor importancia en su historia al haber congregado a los treinta y cuatro cancilleres de América en su encuentro institucional. Pocos años atrás hubiera parecido imposible que se hubiese escogido a Medellín como lugar de encuentro de la diplomacia continental. El mal nombre y las pésimas condiciones de seguridad impedían imaginar esta posibilidad e igualmente la ciudad carecía de un lugar o escenario para este tipo de eventos como lo es el muy moderno, operativo y bien administrado recinto denominado Plaza Mayor. Este acontecimiento, sin duda, marca un antes y un después en la vida de la capital antioqueña, la cual quedó ya plasmada en la vida de la política hemisférica con la llamada "declaración de Medellín" sobre la democracia y la juventud que allí fue aprobada.
La ciudad tuvo una doble exigencia, pues aparte de la atención a más de mil quinientos visitantes de todo el continente del más alto nivel, la naturaleza se desató inclemente causando tragedias y dificultades, sin embargo, quedó demostrada la gran capacidad de respuesta organizacional de las entidades públicas y de las gentes de Medellín que pudieron afrontar con éxito estos desafíos.
En mi opinión, tal vez la única glosa que pudiera hacerse a la reunión de la OEA fue la relativa a los medios de comunicación nacionales que una vez más evidenciaron una inmensa falta de preparación en temas tan trascendentales como el de las relaciones internacionales y además no desplazaron a sus principales conductores noticiosos ni utilizaron comentaristas especializados en una materia de altísimo interés para nuestro país. Quizá la explicación obedezca a que la Asamblea se realizó en un amable y generoso puente festivo imposible de desaprovechar. Estas ausencias, por ejemplo, llevaron a ignorar la muy eficiente y atinada conducción de todas las sesiones a cargo del canciller Fernando Araujo, lo cual llevó a que al final por aclamación la Asamblea aprobara una moción de aplauso a su labor. Tampoco fue destacado el que después de la presentación del muy esperado informe del secretario de la organización José Miguel Insulza, cuyos primeros frutos relativos a la reanudación de relaciones colombo-ecuatorianas comienzan a verse, intervinieron los cancilleres de los dos países expresando los puntos de vista de sus naciones, diálogo que terminó con reclamos irrebatibles de Colombia ante las descomedidas expresiones del presidente ecuatoriano, lo cual no fue motivo de respuesta alguna por parte de la canciller ecuatoriana, desnudándose así una gran falla en el discurso del hermano país. Este, sin discusión el momento político de mayor importancia en todo el evento no fue registrado por los grandes medios de comunicación del país.
El balance para el país y en especial para Medellín de esta reunión no pudo haber sido mejor, no obstante las fallas anotadas en la divulgación por parte de la mayoría de los más importantes medios de comunicación nacionales, lo cual contrastó con un óptimo trabajo de los medios locales y de las agencias noticiosas internacionales.
Pico y Placa Medellín
viernes
3 y 4
3 y 4