Durante la reciente asamblea del BID en Medellín se presentaron varios megaproyectos de urbanismo que el Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial está impulsando en las diferentes regiones del país. Algunos se promueven como "ciudades verdes" o ecourbanizaciones, como muestra de sensibilidad ambiental. Esta valiosa tendencia, que está creciendo mundialmente, merece incorporarse con mayor fuerza en el país.
Proyectos como el de "ciudad verde" al suroccidente de la sabana de Bogotá, a la orilla del río Bogotá, coinciden con la propuesta del profesor Lauchin Currie en los 60, de desarrollar la ciudad hacia las tierras menos fértiles y respetando zonas forestales. La coincidencia con la expansión de transmilenio hacia Soacha y la cercanía del proyecto a un área de expansión industrial importante lo hacen muy coherente.
En Medellín, la dotación de infraestructura vial y de servicios públicos en la zona de Pajarito brinda nuevas tierras de expansión para la ciudad, con mayores costos por la topografía y la prevención de inestabilidad. El metrocable cumple un papel fundamental de acercamiento y como herramienta de equidad y productividad social.
El proyecto más interesante, liderado por su alcalde, es el de la renovación de una zona urbana deteriorada de Manizales, creando parques tecnológicos, empresas, vivienda y espacio público para todos los estratos, sin ampliar el perímetro urbano. La Alcaldía de Manizales ha logrado la instalación de tres compañías internacionales de computación y comunicaciones al ofrecerles en arriendo a muy bajo precio edificios desocupados, generando hasta el momento más de 800 empleos para ingenieros y tecnólogos de software. Manizales le apuesta al modelo de BPO, Bussiness Process Outsourcing, propuesto por el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, que empieza por la instalación de Call Centers y resulta en servicios profesionales más complejos, a través de internet, como es el caso actual de la India. El estudio de McKinsey, contratado por el gobierno colombiano, señala una ventana de oportunidad importante en ese campo, pero requerimos entrenar más nuestra gente en bilingüismo y destrezas apropiadas y brindar infraestructura e incentivos suficientes.
Es necesario incorporar más el concepto integral de "ecovivienda". Uno ejecutado hace algunos años en Bogotá por la Facultad de Ingeniería Ambiental de la Universidad Central, comparó técnica y financieramente dos tipos de urbanización y de viviendas de interés social: las construidas normalmente y las mismas pero equipadas desde el comienzo con energía solar, recuperación de aguas lluvias para los sanitarios, diseño bioclimático, ASAS (alcantarillado sin arrastre de sólidos) y algunos ecomateriales.
Aunque las "ecoviviendas" costaban más inicialmente, resultaron un 30% más baratas en un periodo de análisis de 20 años, considerando los ahorros en los servicios públicos de energía y agua.
Un ejemplo valioso de ecoviviendas y ecourbanismo, en el municipio de La Estrella, cerca a Medellín, es La Aldea, diseñada con gran amor y talento por Catalina Velilla y Santiago Correa, en el cual lograron integrar la biodiversidad y la arquitectura moderna, una ecogranja y un sitio de meditación comunal así como energía solar y ecomateriales en cada vivienda. La fundación Gaviotas fue pionera con urbanizaciones con calentadores solares como la Nueva Villa de Aburrá, en Medellín, y Niza 9, Sauzalito y Tunal, en Bogotá, en la década de los 80.
El ecourbanismo y las ecoviviendas son un reto urgente y pendiente para los urbanizadores y para el Ministerio del Ambiente y del Hábitat y sobre todo una oportunidad innovadora de uso eficiente del espacio y los recursos y de generación de empleo en esta coyuntura crítica económica y de desempleo.
* Gerente Parque Tecnológico de Antioquia
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