Quijotes, héroes de carne hueso y hombres de mucha fe, así se tienen que calificar a las 60 personas que desafiaron la noche del décimo día y la madrugada del undécimo en el conjunto residencial Space.
Porque ni los 5 grados centígrados de la media noche ni el aguacero que tuvo dos etapas evitó que siguieran en la búsqueda de los 10 desaparecidos entre los escombros de la torre 6.
Armados de dos plumas, un taladro, cuatro retroexcavadoras y demasiada fe, los socorristas, en su mayoría expertos de la Policía, intensificaron los trabajos con la ilusión de encontrar los desaparecidos para que sus familiares terminaran con la pesadilla de no saber qué pasó con ellos.
Todo iban muy bien hasta las 11:00 de la noche del lunes, porque el reto de acondicionar el foso del ascensor, para llegar más fácil al sitio indicado, iba por buen camino. Sin embargo, el agua visitó la noche e hizo tan difícil la labor que el operativo tuvo que suspenderse una hora.
A la media noche, apenas San Pedro se descuidó, se retomaron los trabajos, pero la aventura duró solo media hora, ya que a partir de las 12:30 de la madrugada del martes el aguacero fue tan fuerte que sonaron las alarmas y ni los responsables de llenar las cuatro volquetas de escombros pudieron seguir en el lugar.
“No creo que se demore mucho esta agua”, dijo uno de los tres periodistas que amaneció en el lugar, pero su pronóstico falló y apenas a las 4:55 de la madrugada volvió la normalidad, si se puede llamar así, para que los especialistas retomaran su aventura humanitaria.
En esas cuatro horas y 25 minutos de impotencia por no poder continuar con la búsqueda de los desaparecidos, hubo espacio y tiempo suficiente para recordar lo impactante de la tragedia y conocer la pasión solidaria de los antioqueños, ya que ningún vocero oficial apareció a entregar declaraciones.
Wbeimar Martínez, uno de los vigilantes de la Unidad el Rincón de la Luz, volvió a lamentar “la desaparición de varios colegas”, admitió que “me asusté cuando vi cómo se caía la torre 6 y los residentes de nuestro conjunto trataban de salir desesperados”.
Pese a ese recuerdo triste, que “difícilmente olvidaré”, Wbeimar se convirtió en un aliado de los que pernoctan esperando noticias positivas para los familiares de las personas que permanecen bajo los escombros. Con la autorización de sus patrones, le brinda tinto a periodistas, policías, miembros de los organismos de socorro y a los soldados que calificó de “penosos”.
Seguramente se pondrá muy triste cuando termine la búsqueda en Space, porque “estas noches he conocido muchas personas solidarias que me han brindado compañía y cambiaron la rutina”, pero también estará feliz, porque “todos encontrarán a sus seres queridos y podrán terminar con la pesadilla que generó la caída de la torre 6”.
