Campeones de la doble moral
Por supuesto que no se puede justificar el comportamiento de Hernán Darío Bolillo Gómez. Y han sobrado calificativos y sentencias de miles de jueces morales unos reconocidos y otros desconocidos.
¿Pero acaso Bolillo es un reconocido y borracho maltratador de mujeres? Me atrevo a responder que no. Jamás, en más de veinte años de vida pública de Bolillo Gómez hemos escuchado cosa semejante. Y ahora aparecen los exterminadores de ídolos con su doble moral, levantando un escándalo mayúsculo para mimetizarse y esconder sus bajezas.
Y qué decir del patrocinador de la Selección. También le dio la espalda y lo condenó. Sin embargo, es obvio que este infortunado y aislado comportamiento del técnico tiene un detonante que es común a la mayoría de los hechos de violencia de género, familiar y urbana de nuestro país: el licor.
Y el patrocinador de la selección es una empresa que fabrica una bebida que tiene un componente de alcohol. Ella patrocina ferias y eventos, donde suele suceder que la gente se emborrache. Y muchos ebrios, como muestran las estadísticas, salen conduciendo carros o terminan armando riñas que dejan una estela de sangre y muertos en carreteras, hogares y barrios.
Si vamos a exigir decisiones morales, como la que hoy afecta a Bolillo, entonces debemos exigir que los directivos de la Federación de Fútbol busquen otro patrocinio.
Si en este país algunos políticos corruptos, guerrilleros y muchos delincuentes más merecen una segunda oportunidad, con mayor razón Hernán Darío la merece.
Él le ha dado al país muchas cosas buenas, y algunos de quienes lo juzgan no.
Por favor, demostremos que Colombia puede dejar de ser el campeón mundial de la doble moral y tendámosle la mano a Bolillo.
Él, desde su cargo, puede resarcir su error. Él se lo merece más que muchos de nosotros. El fútbol de Colombia merece que tenga su segunda oportunidad. El patrocinador y los dirigentes de la Federación deben demostrar que no son los adalides de la doble moral. Construyamos sociedad sobre este error, no destruyamos.
El Bolillo debe quedarse y ser parte de la solución social al problema del licor y la violencia asociada a éste.
Luis Eduardo Uribe
leul65@hotmail.com
Sanción ejemplarizante
Si de algo estoy segura, es del arrepentimiento del técnico Hernán Darío Bolillo Gómez. No hay duda de que el "golpe" a la dama le salió caro. No obstante, apoyo la renuncia y la presión pública que ha revivido el tema de violencia de género contra las mujeres, y que ha generado la renuncia al cargo del entrenador nacional.
El fútbol es una actividad que mueve masas y sus figuras desatan pasiones e identificación en los ciudadanos de a pie, por lo cual la Federación Colombiana de Fútbol tiene la oportunidad de brindarle a la ciudadanía un ejemplo de rechazo a la violencia contra las mujeres. No podemos dejar perder la lección frente a la conducta de Bolillo Gómez.
La Federación y el país tienen una oportunidad de oro para que el juego trascienda de las canchas a la vida cotidiana. En el fútbol, donde predomina la fuerza física y los atributos masculinos, hay que hablar del cuidado, el respeto, y no claudicar ante la violencia en la cancha, en la tribuna y fuera del estadio.
La violencia contra las mujeres se afinca en culturas paternalistas como la nuestra, en las que se impone la fuerza y el poder sobre el más débil.
Resultado de eso es que aún son comunes los discursos de legitimación de la conducta violenta, las expresiones indagando por lo que antecedió al golpe o decir que las mujeres somos difíciles, refuerza los valores patriarcales y reproduce los golpes.
Eso es también violencia de género. Un hecho violento, por provenir de una figura pública, adquiere mayor resonancia, deviene en más violencia o en formas más sofisticadas como el discurso. Por eso es que este caso puntual merece toda la atención y un castigo ejemplarizante.
La discusión no es qué tan común es la violencia contra las mujeres. El tema es que como sociedad debemos rechazar cualquier forma de violencia contra cualquier ser vivo.
Una de las características de una sociedad es el desarrollo de dispositivos para el cuidado de la vida de sus habitantes. Así, Colombia cuenta con un sistema de salud y un cuerpo legislativo que vela por la vida de sus habitantes.
El golpe de Bolillo Gómez dio en el blanco de la conciencia colectiva, que dice que está mal y que debemos castigarlo porque está mal.
Sólo de esta forma los violentos tomarán la lección y verán las consecuencias de un acto violento.
Rocío Arango Giraldo
arangogiraldo@gmail.com
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