El cambio climático ha puesto al mundo al borde de una tragedia humanitaria universal. Vamos hacia el abismo con el pie en el acelerador.
Según la voz de alerta que le acaba de dar al mundo el secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, tras su visita al Ártico, lo más seguro es que el mundo se podría quedar sin hielo polar en el año 2030.
El deshielo, que sumiría en la miseria a muchas naciones en vía de desarrollo, es una de las más terribles consecuencias del cambio climático, pero no la única.
Muy conveniente sería que incluso no sólo valoremos la urgencia de prestar atención al tema por la dimensión del desastre sino también por las evidencias que registramos en nuestra vida cotidiana y a nuestro alrededor.
El cambio climático está a la vuelta de la esquina de nuestras casas. Ya está aquí.
No es sino que miremos cuántas cosas han cambiado entre nosotros por efectos del calentamiento global: más tragedias invernales, menos tierras aptas para la producción de alimentos, cambios bruscos de clima, aumento de la temperatura en las ciudades, más enfermedades y plagas, y mucha más pobreza.
Ban Ki-moon, después de su visita a una comunidad científica que trabaja en el Ártico dijo que con sus propios ojos había podido comprobar el deshielo de los glaciares producido por el calentamiento del planeta.
Muchos de nosotros podríamos afirmar lo mismo, cuando pequeños fuimos a alguno de los picos nevados de Colombia y, al volver ahora con nuestros hijos observamos la forma tan impresionante como ha retrocedido el hielo. ¿Podrán conocer nuestros nietos el hielo de los nevados colombianos? ¿Acaso la tragedia de Armero, de la que se cumplirán 25 años en 2010, no fue el primer campanazo de alerta y la evidencia contundente del cambio climático? ¿Adónde iremos cuando la tierra se vuelva invivible?
Los líderes mundiales tienen que poner un freno de mano a este cambio y esperamos que lo logren en la Conferencia Mundial sobre Cambio Climático, que se celebrará en diciembre en Copenhague, Dinamarca. Pero como ciudadanos también es mucho lo que tenemos qué aportar en nuestra vida diaria.
Pico y Placa Medellín
viernes
3 y 4
3 y 4
