Era tan sano que corrió la Media Maratón de Bogotá, solo para estar en forma. Pero en un segundo, la salud le dio la espalda al entrenador Fernando Rozo.
Luego de estar en cuidados intensivos durante cuatro días, y que se decretara su muerte cerebral el viernes, en la tarde del sábado el corazón del técnico del medallista mundial Luis Fernando López y del excampeón mundial juvenil Éider Arévalo, dejó de latir.
Había sufrido un infarto cerebral el martes pasado, después de entrenar su grupo de atletas en el Centro de Alto Rendimiento de Bogotá y manifestar problemas de visión y dolor en las piernas.
Fernando, nacido en Pitalito, Huila, hace 44 años, era esposo de la atleta Yolanda Caballero, clasificada a los Juegos Olímpicos Londres en la maratón. Esta familia deja un hijo, Camilo, próximo a cumplir tres años. Ahora se espera la recuperación rápida para su esposa y sus dirigidos. "Hay qué seguir, por él", dijo el campeón López, quien lo recordó con la frase "aquí se entrenan campeones mundiales".
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