Una práctica aparentemente inofensiva y que por años ha sido motivo de festejo en reuniones familiares, como es la de elevar globos, se convirtió en una actividad de alto riesgo por el daño que causan las mechas que caen encendidas.
Soltar estos globos al viento, con el impulso que proporcionan sus candilejas impregnadas de combustible, algunas de tamaños asombrosos, pueden ser causales de tragedias, como los hechos lo demuestran, cuando caen en viviendas, establecimientos comerciales, fábricas. Incluso son el origen de no pocos incendios forestales.
Hechos recientes como el registrado el miércoles 1 de enero, en una bodega industrial de una marca ensambladora de motos, donde un globo originó una gigantesca conflagración que dejó pérdidas aún no cuantificadas, en materias primas y vehículos, se unen a otros acontecimientos de finales y comienzos de año, que hablan de la amenaza que representan los aparentemente anodinos globos.
Incluso el día anterior, en el centro-occidente de Medellín, un edificio de apartamentos de más de 20 pisos estuvo en grave riesgo por un globo que cayó en la torre de parqueaderos, vecina a la edificación, aún en construcción, donde el material utilizado para hacer las planchas fue consumido por el fuego originado por un globo.
Se sabe de casos, reportados por los ciudadanos, de globos gigantescos a los cuales se les adhiere una canasta cargada de explosivos y que tan pronto la mecha toca tierra desata una atemorizante llamarada.
Sea esta la causa de los incendios o la tradicional mecha de parafina, impregnada de gasolina, lo cierto es que los globos han entrado a formar parte de esas plagas de diciembre y comienzos de año, junto con la pólvora, los disparos al aire y los excesos de la rumba.
Unas celebraciones de vida que evocan en los seres humanos tantas emociones positivas, tienen por estos motivos momentos de gran perturbación y malestar para muchos ciudadanos.
Esta vez no se presentaron en Antioquia, pero sí en varias regiones del país, muertes de personas por causa de los disparos al aire o las llamadas balas perdidas que siempre encuentran en su trayectoria de descenso a un ser humano, en la mayoría de los casos niños.
Pero seguimos conservando un penoso primer lugar en cuanto a víctimas de la pólvora, con un total de 238 lesionados en las celebraciones de Navidad y Año Nuevo, de los cuales en Medellín se presentaron 93 casos. La cifra, que representa el 34,1 por ciento del total nacional, es superior a la del año anterior. Y es muy triste que más del 40 por ciento de los heridos con pólvora sean menores de edad y que el 72 por ciento sean personas que no la estaban quemando.
Somos conscientes de la labor que realizan miles de policías para garantizar la seguridad y la tranquilidad, enfrentando las más complejas situaciones, y por eso es lamentable que la propia ciudadanía no colabore y no atienda recomendaciones que contribuirían al bienestar de todos.
No toda actividad que entrañe riesgo para los demás tiene que estar penalizada. Pero sí tiene que estar regulada, ya sea en los Códigos de Policía (hoy denominados de Convivencia) o en normas que dicten los alcaldes para evitar que se siga causando grave daño con esta práctica. Porque sí debe generar una reflexión las implicaciones y responsabilidades que tiene prender una mecha y tirarla al aire, sabiendo con certeza que en algún sitio caerá, probablemente encendida.
EL GLOBO SOLAR ES UNA ALTERNATIVA CREATIVA, ECOLÓGICA Y QUE NO GENERA RIESGO
Por ALEJANDRO URIBE
Fundador de Bimana y del Festival del Globo Solar
Mi objetivo no es destruir la tradición de los globos de mecha, sino mostrar otra alternativa. El globo solar es una alternativa muy bonita, pues permite cantidad de formas y una creatividad ilimitada. Estos globos no les hacen daño a las empresas ni a los ciudadanos.
Ya llevamos 13 años organizando el Festival del Globo Solar, que nace en el 2000 cuando un grupo de amigos nos juntamos y creamos el globo solar más grande del mundo, de 135 metros de largo, que se elevó al frente de Sofasa. Y el Índer de Envigado y la Alcaldía nos proponen crear un festival para la comunidad y en 2001 arrancamos con este Festival que ya ha visitado más de 13 países. Al finalizar este año de 2013 elevamos 15 globos gigantes, entre ellos un Ave Fénix de 50 metros. Y el resultado fue tan bueno que nos propusieron institucionalizar el Festival en Envigado, como un evento de ciudad y un atractivo turístico.
Creo que es la manera de apoyar esta alternativa que no causa ningún incendio como los registrados recientemente.
Ya existen múltiples opciones para adquirir estos globos y que las personas que quieran hacerlos también puedan tener asesoría. Su costo es similar a los de papel, su elaboración es menos compleja y utiliza materiales ecológicos. Son más fáciles de elevar y evitan riesgos y hechos qué lamentar.
