La olla a presión en las altas esferas del Estado, más allá de encontrar una válvula de escape, parece estar destinada a llenarse de más ingredientes.
Ayer, en una nueva jornada de rifirrafes entre la Corte Suprema de Justicia y el Ejecutivo, el ministro del Interior y de Justicia, Fabio Valencia Cossio, hizo un llamado a la cordura, mientras salía al paso a las declaraciones provenientes de la Corte, que buscan llevar las supuestas intromisiones del Gobierno a tribunales internacionales.
Por un lado, Valencia Cossio calificó de "graves" y "gaseosas" las afirmaciones del vocero de la Corte Suprema de Justicia, el magistrado Jaime Arrubla Paucar, quien dijo que las críticas de los investigados por la parapolítica y el tema de los llamados "roscogramas", atentan contra la independencia y la credibilidad de la misma Corte.
Además, el ministro del Interior exhortó a que tal como la Corte Suprema pide que se denuncien las cosas con nombres propios, ellos mismos también lo hagan a la hora de emitir esta serie de afirmaciones.
En medio de las denuncias de Arrubla, quien dijo que "cuando la independencia es resquebrajada por órganos de presión o por las demás ramas del poder público es algo que pone en tela de juicio la misma estabilidad y el equilibrio democrático", Valencia Cossio replicó que estaría dispuesto a ponerse "del lado de la Corte Suprema de Justicia y si hay algún responsable y la Corte lo denuncia".
Pretensiones casi inverosímiles
Mientras la controversia entre los altos representantes de los poderes Judicial y Ejecutivo colmaba las emisiones radiales de la mañana de ayer, nuevos embates de una Corte "adolorida" y que se siente irrespetada surgieron a la luz.
La intención de la Corte Suprema, en su interés de defenderse de lo que ella llama una arremetida en su contra por parte del Ejecutivo y el Legislativo, a ámbitos internacionales, causó múltiples reacciones.
Para el analista político Juan Manuel Charry, el objetivo de la Corte en llevar esta lucha intestina entre los poderes colombianos a instancias como la Corte Penal Internacional (CPI), es simplemente algo "desatinado".
En conversación con EL COLOMBIANO, el experto en Derecho dijo que "es un típico conflicto interno de las instituciones colombianas. La Corte está equivocada en no manejar un problema interno, con la percepción de un problema interno, en las instancias internas y pretender que tenga una solución a través de un análisis de un tribunal internacional".
Además, concluyó Charry, la CPI no está llamada a conocer casos de enfrentamientos de poderes internos de un país, sino delitos como genocidios o de lesa humanidad.
Pico y Placa Medellín
viernes
3 y 4
3 y 4