Si alguna vez se cuestionó si el bar cercano a su casa podía estar en una zona residencial o por qué la obra en esa montaña vecina está tan pegada de la quebrada, las respuestas a dichas inquietudes están en el Plan de Ordenamiento Territorial, POT.
Este instrumento sirve para planificar el uso de cada metro cuadrado del suelo. En septiembre, Medellín dispondrá de un nuevo POT. El actual rige desde 2006. ¿En qué acertó? ¿Quedaron pendientes?
Según Federico Restrepo, director de Planeación de la época y responsable de su radicación, hubo dos asuntos clave con nota alta: la promoción de la densificación poblacional y constructiva en el valle y no en las laderas, y la restricción de la capacidad de soporte en las periferias, que sufrían alta demanda de espacio público, transporte y otros, y el poco territorio disponible, lo que conlleva al deterioro en los indicadores urbanísticos.
Sin embargo, dice que son aciertos que deben seguir en elaboración. Advierte que al POT le faltan indicadores y mapas de seguimiento para medir su cumplimiento, "y saber para dónde va la ciudad".
El hoy gerente de las Autopistas de la Prosperidad y del Proyecto Urabá, recuerda que el trabajo de elaboración del POT en 2006 fue arduo, "dos años intensos, con un diagnóstico auscultado con la ciudadanía, más de 200 reuniones en los barrios. Y en el Concejo fueron seis meses".
Zoraida Gaviria, directora de Planeación cuando se aprobó el primer POT en 1999, cree que hay pendientes por resolver, por la evolución citadina. Lo ambiental es grave, un reto es ocupar el valle en armonía con la naturaleza, sostiene.
"Otro punto pendiente es la planificación sin trama urbana. Se construyen edificios en medio de la nada, sin calles, tiendas, servicios a la comunidad, espacios para relacionarse. Sectores de Belén, Castilla, Laureles, aún con carencias, son maravillosos porque rescatan la vida de barrio", dice.
El director de Planeación actual, Jorge Pérez Jaramillo, asegura que la ciudadanía y el mercado inmobiliario, a partir de insuficiencias e incoherencias de la estructura del POT, han ejercido presión hacia las laderas y esto "ha aplazado la transformación de las áreas del corredor del río", sostiene.
Añade que hay dificultades normativas, como las que generaron la producción de Viviendas de Interés Prioritario de alta densidad. Su propósito, reafirma, es avanzar hacia una ciudad "con mayor equidad territorial, con procesos de crecimiento hacia adentro, un Centro tradicional, con un sistema multimodal e integrado de transporte, y el fortalecimiento de la red de ciclorrutas y de trayectos urbanos de accesibilidad peatonal para todos"
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