Las ventanas que enmarcan la tienda de Chepe son las mismas que había en su casa paterna, que vio hundirse en el embalse hace 32 años.
Sentado en una de las sillas de la réplica del viejo Peñol, recuerda que la residencia era enorme, tanto que podía pasar por la puerta hasta montado en el caballo y que le cabían 3 mil matas de tomate.
Mientras él cuenta historias, unos trabajadores cargan piedra para seguir adecuando el lugar que se espera esté listo a final del año, y que tendrá 33 locales comerciales, para generar 150 empleos directos.
Hasta allí llegará un teleférico turístico, que en su primera etapa, con 950 metros de extensión, conectará con la Casa Museo, lugar que se salvó de la inundación.
Unos 6.700 millones costará esa fase inicial del proyecto, cofinanciado entre Alcaldía, Gobernación y Nación, cuenta John Jairo Rivera, secretario de Planeación, que le muestra a Chepe, cómo desde el altar de la iglesia de la réplica, se ve, derechito, la cruz blanca que sobresale en las aguas y que una vez se alzó sobre la cúpula de la parroquia Nuestra Señora de Chiquinquirá.
El municipio tiene en el turismo una gran fortaleza y, por eso, gran parte de los planes se orientan ahí. Con unos 18 mil habitantes y a 62 kilómetros de Medellín, recibe a los visitantes con un ave fénix a punto de levantar el vuelo y con un camino de flores que pinta la avenida.
Lo que no pasa
Los diseños del teleférico, que una vez finalizado tendrá unos 2.500 metros y que se espera que llegue hasta la zona urbana, ya están en proceso y la idea es dejar lista la primera etapa en 2011. Así lo informa el Secretario de Planeación que insiste en que es hora de modernizar infraestructuras para ofrecer más a los visitantes.
Chepe, al que casi nadie conoce por su nombre de pila, José Montoya, está sorprendido con la cara que muestran la réplica y la Casa Museo, en la que también están recuperando una vía de acceso en la piedra original.
Entonces, los recuerdos del viejo Peñol le empiezan a llegar y cuenta de la tienda de José Dolores, al que le decían "hermano"; de las cantinas que "elegantemente" llamaban heladerías; de Juancho Montes, que mientras vendía tinto y aromática corregía a los mal hablados; y del Café La Piedra, que tenía unas enormes puertas en madera. "Y no me pongo a dar más detalles porque se vuelve muy larga la tarea".
De ese pueblo a escala, a las afueras de la zona urbana, se beneficiarán unas 750 personas que podrán vivir del turismo. El poder llegar en cable será otra atracción.
En la Casa Museo, además de un restaurante, se dejan a la vista objetos y fotos de la historia de la localidad. Chepe narra que la bicicleta que se exhibe fue la primera que llegó, traída por el ilustre doctor Demetrio Galeano Jácome.
Darío Mayo, que trabaja en las piedras de la carretera de acceso, cree que hay que recuperar lo tradicional, porque "eso atrae a la gente". Le sirve un aguardiente doble a Chepe que está nostálgico con tanto recuerdo de su terruño, que hoy tiene tanta gente que "si alguien se muere, se entera ya cuando cumple el primer aniversario".
Este municipio del Oriente antioqueño tiene su propio estilo. En la parte nueva, no hay un parque principal, la iglesia es en piedra y se levantan obras modernas como el Centro Gerontológico. Pero como en los viejos tiempos, aún se ve a los campesinos llegar a la plaza en las escaleras con sus cajas de tomates.
Acogedor y pacífico, así lo ve Chepe, entre lo nuevo y lo tradicional. El Peñol tendrá un teleférico que permitirá flotar sobre el embalse, así como alguna vez lo hizo Alonso Montoya, el "Leonardo Da Vinci peñolense", con una bicicleta voladora... Y Chepe, con el saco de rombos, comienza otra historia.
Pico y Placa Medellín
viernes
3 y 4
3 y 4
