Cuentan en Barranquilla que Juan Carlos Carrillo es el típico boxeador de antes.
Surgido de los barrios populares y tomado por los técnicos de la Liga del Atlántico que han hecho de él un peso mediano de mucho presente y con bastante futuro.
Juan Carlos es grandote para su categoría de 75 kilogramos. Mide 1.78. Morocho, buen pegador y poseedor de notables condiciones.
El hermano de Leonard, quien peleó en los Juegos Suramericanos de Medellín, tiene 17 años y unas ganas bárbaras de conseguir el cetro en la pelea que sostendrá en la madrugada del miércoles ante el australiano Damien Hooper, quien en un combate previo dio cuenta del campeón mundial Joe Ward (Irlanda), y en la semifinal derrotó a Zoltan Harcsa, de Hungría, por 4-0.
Carrillo, que ganó el cupo para ir a Singapur en el Mundial juvenil de boxeo celebrado en Bakú, Azerbaiyán, donde obtuvo la medalla de bronce de la división mediana, viene de triunfar en la semifinal del boxeo de los Juegos Olímpicos de la Juventud, ante el campeón de África, el nigeriano Muideen Akanji, al que derrotó con alguna comodidad, 5-0.
"Juan Carlos vio la pelea de quien será su rival. Él guardó fuerzas para la final que sabemos será dura y complicada. Por fortuna está muy preciso con sus puños".
Así resume el técnico Rafael Isnaga, quien está en la esquina del barranquillero, el momento que pasa su pupilo que va camino de darle la cuarta medalla a la delegación de Colombia en el certamen que se celebra en un país que hace parte de los cinco grandes tigres de la región de Oriente.
En el instante, el atlanticense Carrillo, que hizo parte de la preparación previa enfrentando a boxeadores de mayor peso del combinado de Cuba, en tierras de la isla caribeña, tiene asegurada la presea de plata como mínimo, previa la celebración del combate que será mañana entre las 4 y las 5 de la madrugada de este 25 de agosto.
A este torneo de Singapur llegaron los seis mejores pegadores de la categoría de los 75 kilogramos, con el fin de hacer un cara a cara de los más destacados medianos juveniles del planeta. Y hasta ahora, la suerte le sonríe al colombiano Carrillo, quien, desde Singapur, contó de sus aspiraciones en este torneo de ilustres del pugilismo aficionado.
"Yo estoy seguro de lo mío y me encuentro preparado para no dejar ir esta oportunidad que es única".
Eso piensa el morocho Juan Carlos Carrillo, del cual dicen que es el típico boxeador de antes, surgido de las calles de Barranquilla y con unas ganas inmensas de conseguir el oro, como lo logró en el pasado Miguel María Máscara Maturana, quien fuera campeón mundial aficionado de la división gallo, en Montreal, en 1982.
Esta es una oportunidad única, para que aumente el botín colombiano que tiene dos medallas de oro, en tenis y en ciclismo, al igual que una plata, en pesas.
Y ahora el que entró en órbita es Juan Carlos, antes de que suene la campana.
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