Aunque el terremoto de 7,8 grados en la escala Richter que sacudió este martes el sureste de Irán y dejó al menos cuarenta muertos, es el más fuerte a nivel telúrico del último siglo en ese país, es el de menor número de víctimas con relación a otros sismos.
Este ya es el segundo movimiento telúrico del año que deja víctimas, el primero fue de 6,1 grados, sacudió la provincia sureña de Bushehr y dejó 37 muertos y cerca de mil heridos.
Otros dos sismos se sintieron este año, uno de 5,2 grados, el 12 de enero, que afectó a Boruyen, en el suroeste, y otro el 21 de enero, de 5,5 grados, en Sirch (centro), pero ninguno de los dos ocasionaron víctimas ni daños.
El terremoto con peores consecuencias en cuanto al número de víctimas se registró el 21 de junio de 1990, en el noroeste del país. Ese sismo, de 7,3 grados, ocasionó 60.000 muertos, 200.000 heridos y dejó a 700.000 personas sin hogar.