La comitiva de científicos que llegó desde San Pedro de Urabá estaba nutrida. El alcalde del municipio contrató un carro y la envió a Medellín en un viaje que se repetirá varias veces este año porque ya están abiertas las inscripciones para la Feria de la ciencia, la tecnología y la innovación.
Los sampredeños llegaron el viernes a recoger los premios que se ganaron con dos proyectos de investigación. Fueron seleccionados entre los mejores del certamen, que en tres años de historia ha congregado a cerca de 2.500 estudiantes con espíritu científico.
En la ceremonia de premiación también se entregó una urgencia a los planteles interesados, porque las inscripciones para la edición de 2011 están cerca de culminar. Hay plazo hasta el próximo lunes para que las instituciones educativas hagan ese proceso.
La intención de Pablo Patiño Grajales, director de la feria, es que este año se supere la cifra de 200 proyectos juzgados en la muestra final. El evento tiene un registro de 1.598 ideas compartidas y 755 docentes formados en la metodología llamada Estudiantes como científicos.
Los profesores deben recibir esa capacitación si quieren ver a sus alumnos compitiendo por un cupo a ferias internacionales en Brasil, Estados Unidos y Costa Rica. Es un requisito, especificó Blanca Nohelia López, profesional de educación al cliente de EPM.
La relación de esa entidad con la feria es estrecha. Desde 1995 EPM desarrollaba el programa Cuidamundos que promovía ideas innovadoras, pero en 2009 vieron un buen aliado en el proyecto científico de ciudad. Desde entonces trabajan juntos y varios profesionales de esa empresa son jurados y asesores de los participantes.
Esa vinculación la valora muy bien Pablo Patiño porque cree que, incluso más importante que el apoyo monetario, se requiere que las entidades privadas ayuden académicamente. Por ejemplo, podrían prestar sus instalaciones para que los escolares conozcan cómo trabajan y se hagan preguntas; o permitiendo que sus profesionales sean asesores y acompañen proyectos.
Con la metodología Estudiantes como científicos, precisamente, los docentes reciben herramientas que permiten enseñarles a sus alumnos a desencadenar preguntas.
También conocen cómo diferenciar entre las cuestiones comunes y las científicas y los métodos para convertirlas en proyectos de investigación.
Con esas ayudas fue que las hermanas Katherine y Yaqueline Alzate Castaño llegaron a preguntarse qué hacer con las llantas desperdiciadas y encontraron el apoyo y la asesoría de la empresa Argos para su idea de usarlas como asfalto.
Esa comunión entre el sector privado y la educación es una de las pruebas que tiene Patiño para demostrar que también en los primeros niveles de la educación se encuentran ideas que pueden hacer parte del conocimiento.
Como un objetivo es que las instituciones educativas interioricen esa idea, se requiere que se inscriban para luego presentar los proyectos de sus estudiantes.
Pico y Placa Medellín
viernes
3 y 4
3 y 4
