El inicio del ciclo 13 de conversaciones entre las Farc y el Gobierno estuvo enmarcado por tres hechos que apuntan hacia los diálogos y que buscan bajar la tensión que generó el paro temporal de la mesa de Diálogo por las Farc y el cruce de declaraciones entre ambas delegaciones plenipotenciarias.
En primera instancia, Juan Manuel Santos, presidente de la República, le preguntó a la Corte Penal Internacional hasta dónde se debe permitir que instancias internacionales "le dicten su voluntad de cómo hacer esa paz; dónde están los límites", y agregó que todos los países que han resuelto sus conflictos deben tomar decisiones que dejan a algunas personas descontentas.
"Si uno traza la línea demasiado hacia la justicia puede de pronto no alcanzar la paz; y dónde están los derechos de las futuras víctimas. Si traza uno la línea demasiado hacia la paz, dónde están los derechos de las víctimas; cuál es el conflicto entre los derechos de las víctimas y los derechos de las futuras víctimas. Quién decide dónde debe ser esa frontera, ese límite dónde debe establecerse", dijo Santos.
Esta postura de cuestionamiento del Jefe Estado es analizada por Rafael Eduardo Tamayo Franco, coordinador del área internacional de la Escuela de Derecho de Eafit, como la intención de liberarse de obligaciones adquiridas. "No podemos pretender hacer la paz pasando por encima de las víctimas y no judicializar los delitos del pasado", precisó.
Un congreso transitorio
El segundo punto que marcó el reinicio de la agenda de negociación fue el anuncio de Rodrigo Londoño Echeverri, alias "Timochenko", jefe de las Farc, sobre la posibilidad de que en el país se realice un congreso transitorio para desarrollar los acuerdos pactados y enfatizó que no comparten la propuesta de refrendar esos acuerdos mediante la convocatoria de un referendo.
"Ese Congreso estaría conformado por voceros de todos los partidos políticos y en él tendrá cabida una pequeña representación de las Farc", explicó el jefe de esa agrupación armada ilegal quien aseguró que la idea la contó el Gobierno a los voceros de las Farc en La Habana durante una reunión informal.
La idea de un "congresito" como el que se presentó en 1991 en la Asamblea Nacional Constituyente, no fue bien recibida en diferentes sectores.
Armando Novoa, uno de los presidentes de ese congreso transitorio, quien actuó como representante del M-19, recordó que en aquella ocasión se reglamentaron la tutela, la entrada de la Fiscalía General, la Defensoría y normas para que arrancara funciones la Corte Constitucional.
Para Novoa una figura similar al "congresito" no se podría dar porque en 1991 lo convocó la Asamblea Constituyente, y ahora lo debería citar el referendo propuesto por el presidente Santos.
Para terminar de calmar el clima de agitación en la mesa de diálogos, Gobierno y Farc, expresaron ayer que en septiembre próximo se buscará realizar un foro regional y tratar el tema de la solución al problema de las drogas ilícitas, señal directa de que el proceso de paz continuará su rumbo sin interrupciones.
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