Un conductor, indignado porque la Policía de Tránsito de Barranquilla le iba a inmovilizar el carro, se metió debajo de éste y se amarró para que no pudieron sacarlo.
Alonso Trujillo, de 54 años, manifestó que tiene todos los documentos en regla pero que cuando fue detenido en un puesto de control de emisión de gases y le hicieron la revisión técnico mecánica, le dijeron que su vehículo estaba botando gases peligrosos y que eso daba para inmovilización.
Entonces buscó la manera de que su carro, un Mazda 323 modelo 1993, no fuera remolcado hacia los patios. Persistió y contó con el apoyo de decenas de curiosos que se acercaron y que evitaron que los policías lo arrastraran como pretendían hacerlo. Finalmente los patrulleros lo dejaron ir.