El Ministerio de Asuntos Exteriores chino defendió este martes la gestión gubernamental en el escándalo de la leche adulterada que afectó a 53.000 bebés, asegurando que el Gobierno central no supo de los hechos hasta el 9 de septiembre y por tanto no trató de ocultar el caso durante los Juegos Olímpicos.
"En la mañana del 9 de septiembre la Administración Estatal de Supervisión, Calidad y Cuarentena (AQSIQ) fue informada del problema de la leche Sanlu por la Embajada de Nueva Zelanda", aseguró este martes en rueda de prensa la portavoz de turno de Asuntos Exteriores, Jiang Yu.
Advertencia
El Gobierno de Nueva Zelanda y Fonterra, firma dueña del 43 por ciento de Sanlu, aseguraron la semana pasada, no obstante, que ya en agosto se pusieron en contacto con autoridades locales de Shijiazhuang (ciudad del norte de China donde Sanlu tiene su sede) para denunciar un extraño incremento de niveles de melamina en la leche en polvo para bebés.
Según las fuentes neozelandesas, la presencia de este tóxico ya había causado la muerte de por lo menos dos de los bebés en mayo y julio.
Jiang destacó en la rueda de prensa de este martes que AQSIQ "se tomó muy seriamente" la notificación neozelandesa "y en la tarde del mismo día consiguieron los primeros resultados de la investigación y se puso en marcha el trabajo pertinente".
El pasado lunes un directivo del diario independiente Southern Weekend afirmó que a finales de julio su diario fue informado de la hospitalización de 20 niños con problemas renales en Hubei (provincia del sur de China).
"Por las razones que todos sabemos, no pudimos investigar el caso en ese momento porque imperaba la armonía generalizada", aseguró el periodista, Fu Jianfeng, refiriéndose al comienzo, en los días posteriores, de los Juegos Olímpicos.
Las lagunas que continúan en el escándalo llevaron a la misma Organización Mundial de la Salud (OMS) a pedir que se investigue si hubo encubrimiento de los hechos, teniendo en cuenta que China tiene antecedentes similares en alertas sanitarias como el SRAG o la gripe aviar.
Consecuencias
China exportó leche Sanlu a Myanmar (Birmania), Bangladesh, Gabón, Burundi y Yemen, países con los que Pekín "ya se puso en contacto con las autoridades sanitarias para manejar el problema de manera adecuada", en palabras de Jiang.
Colombia, Japón y Taiwán, entre otros, prohibieron a raíz del escándalo la importación de productos lácteos de China, mientras que la UE, donde las importaciones en ese sector estaban prohibidas ya con anterioridad, pidió a los países comunitarios que refuercen sus controles a todos los productos procedentes del país asiático.
El jefe de la delegación de la Comisión Europea en Pekín, Serge Abou, destacó este martes que además de esa precaución se investigan productos exportados a la Unión Europea por China y que puedan contener leche en sus ingredientes, tales como galletas o dulces.
"Hemos de preocuparnos por la salud de nuestros ciudadanos y reforzar las precauciones para asegurarnos de que los productos exportados a Europa están libres de melamina", destacó Abou a Efe.
La mayoría de las marcas implicadas (Mengniu, Yili, Guangming y Sanlu, entre otras) no pueden vender a la UE, y respecto a las informaciones en Hong Kong que hablaron de posibles niveles de melamina en productos de la suiza Nestlé, el jefe de legación aseguró que se trataba de un asunto sin importancia.
"Según tengo entendido, la cantidad de melamina involucrada es infinitamente menor que la encontrada en otras compañías", destacó Abou.
A raíz del escándalo se encuentra en China el director general de Salud y Protección al Consumidor de la Comisión Europea, Robert Madelin, para conocer directamente el caso y reunirse con autoridades chinas.
Abou señaló al respecto que la intención de la UE no es amonestar a China sino "cooperar y ofrecer nuestra solidaridad, porque no tenemos interés en mantener una situación en la que un producto está fuera de control".
