Conrad Murray, médico de cabecera del difunto Michael Jackson se declaró, este martes, no culpable de un cargo de homicidio involuntario en un trámite previo a la apertura del juicio que se pactó para el 28 de marzo y, según la defensa, podría durar dos meses.
"Soy un hombre inocente", aseguró el cardiólogo de 57 años quien tiene suspendida su licencia para ejercer la medicina como una condición para su libertad condicional. En caso de ser condenado, Murray enfrentaría hasta cuatro años de cárcel.
La audiencia
Tras una audiencia preliminar de seis días en la que testigos aseguraron que Murray se demoró en llamar para pedir ayuda en la mañana de la muerte del rey del pop y que intentó esconder las evidencias de propofol en el cuarto de Jackson. El Juez, Michael Pastor, encontró suficiente evidencia para abrir un proceso legal contra el médico.
Según los testimonios que se escucharon durante esos días en los tribunales, el rey del pop padecía una adicción a un potente anestésico de nombre al propofol que utilizaba frecuentemente para ayudarse a dormir. Murray se encargaba de obtener ese fármaco, de empleo en hospitales y bajo prescripción médica, y de suministrarlo a Jackson, quien al parecer llegaba a rogar para conseguir su dosis.
La misteriosa muerte de Jackson
Los médicos forenses determinaron que el deceso de Jackson se debió a una sobredosis propofol y de un coctel de sedantes. El día de la muerte del cantante, el 25 de junio de 2009, Murray trató de evitar que Jackson usara propofol y antes de la dosis letal le administró varios calmantes para que se durmiera, aunque no tuvo éxito. En esa jornada el cantante insistió para recibir lo que él denominaba su leche y llegó a amenazar con cancelar los ensayos de sus conciertos, programados para el mes julio de ese año en Londres, si Murray se negaba a facilitarle la droga, según declararon algunos testigos.
La Fiscalía argumentó que el doctor inyectó a Jackson propofol y durante las horas previas a su muerte desatendió a su paciente dedicándose a hablar por teléfono. Cuando regresó y se encontró al artista inerte, se demoró casi 25 minutos hasta que alertó a los servicios de emergencia, según la acusación, toda vez que se dedicó a recoger los rastros de medicamentos en la habitación de Jackson.
El ente investigador también culpa a Murray de ocultar a los investigadores que Jackson había tomado ese medicamento y de no sacar al cantante de la cama para realizarle la reanimación cardiopulmonar, que debe ser efectuada sobre una superficie dura para ser eficaz.
La defensa
Entre tanto, los abogados de la defensa sugirieron que el cantante de Thriller se pudo haber inyectado la dosis letal de propofol, que utilizaba como ayuda para conciliar el sueño mientras ensayaba para la serie de sus conciertos de regreso. "Su Señoría, soy un hombre inocente. Por lo tanto me declaro no culpable", dijo Murray al juez Michael Pastor.
El homicidio involuntario, del que Murray se declaró no culpable, se define como la muerte no premeditada sin alevosía y es un cargo menor al de asesinato.