Julián David Molina lleva dos años practicando BMX en el municipio antioqueño de Andes. Desde que inició en el deporte ha causado admiración entre quienes lo rodean pues pese a que perdió una pierna cuando era niño, es capaz de lograr piruetas de alta exigencia.
Recuerda poco del accidente, pero su mamá es quien le refresca la memoria. "Eso fue un 27 de enero, a la edad de 7 años. Yo era muy desobediente y salí en un patín por ahí a jugar. Me senté en el patín y empecé a bajar por una calle que se llama la falda de Mateo, entonces subía un carro escalera y yo me le atravesé, me cogió el pie y me volvió nada los tendones".
En el hospital de Andes no prestaron atención a una infección que tuvo, por lo que debió ser trasladado a Medellín donde le descubrieron gangrena y amputaron su pierna.
"Mi vida cambió de forma muy grandiosa, dejé de ser tan plaga. Lo que sí me quedó gustando es el deporte extremo".
El BMX se le presentó como una opción de vida y se convirtió en su pasión. "Yo comencé a practicar BMX con la alegría de saber qué era lo que se sentía", lo motivaron los amigos que veía montando en la bici.
Cuenta que desde que tenía doce años empezó a ahorrar para una bicicleta, hasta que a los trece la pudo comprar. Lo que más le gusta del BMX es jugar con la bici, y el mejor truco que ha logrado es el backfly, que es dar una vuelta para atrás con la bicicleta.
Son muchos los que lo han apoyado como Estella Zuleta, que es su mánager, además de amigos, empresas y sobre todo, su familia, "a mi mamá siempre le da mucho miedo, pero igual me apoya".
Julián sabe que del deporte en Colombia es muy difícil vivir, pero sueña con dedicar gran parte de su vida al BMX, quiere tener muchas bicicletas y hasta su propia marca. Y para complementar su pasión, quiere estudiar Administración de Empresas.
Pico y Placa Medellín
viernes
0 y 6
0 y 6
