x

Pico y Placa Medellín

viernes

3 y 4 

3 y 4

Pico y Placa Medellín

jueves

0 y 2 

0 y 2

Pico y Placa Medellín

miercoles

1 y 8 

1 y 8

Pico y Placa Medellín

martes

5 y 7  

5 y 7

Pico y Placa Medellín

domingo

no

no

Pico y Placa Medellín

sabado

no

no

Pico y Placa Medellín

lunes

6 y 9  

6 y 9

La cultura del miedo

  • Ernesto Ochoa Moreno | Ernesto Ochoa Moreno
    Ernesto Ochoa Moreno | Ernesto Ochoa Moreno
25 de noviembre de 2011
bookmark

Lo que sigue o acompaña a una cultura (incultura, mejor) de la violencia es una cultura (que también se vuelve incultura) de la seguridad, la cual a su vez genera o trae aparejada una cultura (que también deviene incultura) del miedo.

Es un círculo vicioso: la violencia desatada da pie para extremar desaforadamente las medidas de seguridad, oficiales y privadas, y como consecuencia se crea un ambiente y un escenario invadido por el miedo.

Por un miedo enfermizo y peligroso que, sean oficiales o privadas las medidas de seguridad, acabará incubando reacciones violentas, con lo que vuelve y juega la pesadilla.

La convivencia ciudadana se torna entonces desasosegada y pugnaz, con una doble dramática moraleja. Primera, que todo animal acorralado -sobre todo este animal racional que es el ser humano y que a ratos es más animal que racional- termina atacando alocadamente. Segunda, que los "corazones blindados" raramente se abren al perdón y a la paz.

Porque el miedo, mejor la esquizofrenia del miedo, una cierta paranoia social que se va apoderando de la sociedad, brota no solamente de las reales amenazas que asechan y de las medidas oficiales de seguridad que deben tomar los encargados gubernamentales de salvaguardar la integridad de los ciudadanos, sino también de alardes innecesarios de vigilancia a que son proclives las empresas privadas que venden "seguridad".

Y que, a la postre, más bien es miedo puro y simple lo que venden, aunque, como leí alguna vez, envuelto en un celofán tranquilizador y cívico.

Y este mismo autor -cuyo nombre no conservo en mis apuntes y que también es el que habla de los corazones blindados, que aduje antes, al criticar esos alardes de seguridad privada de que hace gala esta sociedad acorralada- dice: "Incluso en los lugares más sosegados e inocentes surgen esos mocetones de aire amenazador y mirada inquisitiva que lo desnudan a uno apenas da un paso más largo que otro o se lleva la mano al bolsillo para buscar el mechero?

Tanta riqueza de sabuesos aburridos, de controladores y de invenciones electrónicas, ha terminado asustándonos de veras. Se nos ha impuesto la insana obligación de sospechar de todo y de todos, de blindar nuestro corazón y hasta nuestra ropa interior ante la permanente amenaza".

En aras, pues, de la seguridad, y en un clima de miedos hirsutos, se asesina, antes que nada, la convivencia ciudadana. Y el caldo de cultivo de la violencia urbana es precisamente una convivencia ciudadana deshecha por la desconfianza, por las sospechas, por la exclusión, por los juicios apresurados, por confrontaciones muchas veces imaginarias, amén de los otros muchos motivos de pugnacidad que se cuecen en las calles y barrios de una ciudad.

La imagen de los corazones blindados, que ha acompañado esta reflexión, es real y preocupante. Porque todo corazón blindado a punta de miedos y sospechas, se convierte en un nido de víboras, en el que se incuba más odio, más violencia.

Detrás de todo blindaje, más que seguridad hay un miedo esquizoide que puede terminar arrastrado por la vorágine de la violencia.

Ahora, de regreso a casa en la noche, al caminar por las calles, los transeúntes que nos crucemos nos vamos a mirar de soslayo, el cuerpo y el corazón a punta de sobresalto y las manos listas para buscar en el cinto unas pistoleras inexistentes.

O que de pronto sí están ahí, escondidas, por si acaso. Como en las películas del Oeste. Es la cultura de la seguridad. O de la inseguridad. O del miedo, para ser sinceros.

Te puede interesar

¿Buscando trabajo?
Crea y registra tu hoja de vida.

Las más leídas

Te recomendamos

Utilidad para la vida

Regístrate al newsletter

PROCESANDO TU SOLICITUD