En Medellín, vivimos hoy lo que proyectaron en los años 50 los urbanistas Paul Lester Wiener y José Luis Sert, quienes definieron el Plan Regulador de la ciudad, en donde se estructuró la red vial básica y se dejaron las reservas de lo que hoy es el corredor del río.
Sin embargo, las políticas de la Oficina de Planeación no han sido fieles a dicho plan, al permitir construcciones en toda la ciudad, sin dejar las reservas para desarrollar las vías que garantizaran una buena movilidad.
El río ha sido una barrera para la comunicación entre el oriente y el occidente, hoy se construye el puente Gilberto Echeverry Mejía en la calle 4 sur, pero se requieren otros más como el de la Ayurá, que sería de carácter metropolitano, al unir a Envigado y Medellín con Itagüí, y el de la Calle 92, a la altura de la estación Tricentenario del Metro.
En el occidente sólo existen las carreras 65 y la 80 que conectan la ciudad de sur a norte, igual sucede en el oriente la Carrera 43 A, Las Vegas, y ahora se está construyendo por tramos la carrera 34 desde la Aguacatala hasta el norte para conectar con la Calle 92.
En el tema vial, la continuidad de la vía regional desde Moravia hasta Acevedo es fundamental para continuar el corredor del río; el proyecto del deprimido de la vía regional y las circunvalares oriental y occidental, pueden ser financiadas mediante el sistema de concesión por peaje. Así mismo se requiere romper la barrera de las pistas del aeropuerto para conectar la calle 10 con la zona de Belén, cruzando las pistas por medio de un deprimido que también puede financiarse por el sistema de peaje, proyecto que permanece guardado en los anaqueles de la Oficina de Planeación desde 1993.
Para mejorar la malla vial es necesario definir otros corredores tanto de norte a sur como de oriente a occidente, aun demoliendo algunas construcciones que generan obstáculo para lograr un trazado eficiente. Se requiere también construir pasos elevados para eliminar gran número de cruces y de glorietas que ya son inoperantes por su diseño.
Estos nuevos proyectos podrían ser financiados por valorización, porque son fundamentales para las líneas alimentadoras del sistema de transporte masivo como el Metro, Metroplús, los metrocables y los tranvías de la 80, Ayacucho, y el futuro que se planea construir en la Carrera 34.
Será necesario redefinir y controlar las áreas de parqueo en todas las calles de la ciudad para ordenar el tráfico y permitir un mejor flujo, mediante la generación de estímulos a la construcción de parqueaderos públicos en todos los puntos que los requieran.
La mayoría de estos y otros proyectos se encuentran en etapa de diseño o ya diseñados por administraciones anteriores y constituyen un banco de obras posibles, que mediante un análisis de las necesidades podrán priorizarse para que se defina un cronograma que permita hacerlos realidad.
Se requiere del compromiso formal de los candidatos a la Alcaldía de Medellín y de los aspirantes al Concejo para que en el próximo período y los siguientes gobiernos que regirán la ciudad, realicen los proyectos que contribuirán a mejorar la calidad de vida de los medellinenses.
Pico y Placa Medellín
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