Corría el año de 1967 y unos jóvenes músicos conseguían una audición con la poderosa disquera Cotique Records. José Lebrón, quien nunca había escrito una canción, se encerró a escribir 10 en una semana. El día llegó y a los directivos les gustó lo que escucharon, pero allí mismo se percataron que el grupo no tenía nombre. A la semana siguiente estaban en el estudio grabando, en una sola noche, su primer disco Psychodelic Goes Latin como los Hermanos Lebrón.
Así comenzó la historia de una de las orquestas más importantes la salsa. José Lebrón hace una retrospectiva a aquellos primeros días del grupo: "nosotros pensábamos que el éxito nos iba durar un año o un poco más y ya cumplimos 40".
Los Hermanos Lebrón regresan esta noche a Medellín para celebrar con su público sus 40 años en la música. El concierto promete ser un viaje musical por cuatro décadas de historia de esta legendaria orquesta que forma parte del puñado de agrupaciones añejas que permanecen vigentes.
José Lebrón, pianista, corista y compositor anticipó que para la celebración interpretarán desde los éxitos que nunca dejan de pedirles sus fanáticos como La Temperatura, Diez Lágrimas o Que pena, hasta temas que han sido del gusto de fieles melómanos de la agrupación. "Vamos a tener temas de hace 30 años que nos piden en los conciertos, que no interpretamos hace mucho tiempo y que hemos arreglado para presentarlos a los salseros paisas".
Al repertorio clásico se suma el estreno en Medellín de las canciones del nuevo disco del grupo, aún en producción y en la voz del nuevo cantante, el caleño Virgilio Hurtado.
Los Lebrón proceden de una familia de músicos de Aguadilla (Puerto Rico), por eso la plena y la bomba se mezclaban con el soul y el rythm & blues norteamericanos en aquel apartamento marcado con el número 288 de la calle Stagg, en el barrio neoyorquino de Brooklyn y crearon el estilo original que gustó tanto a los afroamericanos como los latinos y que se convertiría en el sello distintivo de la orquesta.
A medida que aparecieron sus trabajos, ya con el menor de los hermanos Frankie Lebrón integrado a la banda como conguero a los 13 años para el disco Salsa y Control (1970), se consolidó un sonido enriquecido en las Jam Sessions, largas jornadas en las que los mismos músicos experimentaban.
La inspiración de José para componer, los arreglos y liderazgo de Ángel, una percusión vigorosa en las manos de Frankie (congas) y Carlos (bongó y campana) y la voz distintiva de Pablo, dieron sus frutos.
Pero el camino al éxito no fue fácil. La segregación racial que imperaba en Estados Unidos a finales de los sesenta y principios de los setenta se cruzó en ese camino.
"No quisieron darnos trabajo porque no éramos blanquitos y contratándonos acudirían a los shows la gente afroamericana. Fue de lo más desagradable que vivimos", cuenta Ángel Lebrón. "Luego llegó la fama y quienes nos discriminaron ahora querían ser amigos", relató José Lebrón.
También es oportuno recordar que fueron uno de los primeros grupos en denunciar los abusos de Fania Records con los artistas del sello.
Hoy en Medellín los salseros que convirtieron su apellido en sinónimo de ritmo y de salsa brava, ya sin el corte afro de antaño, demostrarán como dice uno de sus éxitos, que "sin negro no hay guaguancó".
Dónde: Auditorium Plaza. Kilómetro 2, Vía las Palmas.
Hora: 8:00 p.m.
Boletería: $54.000
Mayores informes: 444 44 46
Pico y Placa Medellín
viernes
3 y 4
3 y 4