El bloque Noroccidental de las Farc todavía siente el golpe de hace un año. Conocido también como el bloque Iván Ríos, luego de la traición de "Rojas" la mayoría de sus frentes no han podido recomponerse. Y aunque algunos siguen teniendo facilidades para reclutar bajo amenaza (como el frente Aurelio Rodríguez), las desmovilizaciones de guerrilleros son imparables.
Tanto así, que según fuentes de la Brigada IV, el frente Jacobo Arenas estaría casi eliminado, sustentado en la fuerza de cinco hombres únicamente al mando de alias "Eladio".
Ariel Fernando Ávila, coordinador del Observatorio del Conflicto Armado de la Corporación Nuevo Arco Iris, dice que del frente 47 tampoco queda mucho: "De 350 hombres que poseía en el 2002 pasó a no más de 70 hombres en la actualidad. A la vez se ha diezmado el frente 9 y el Jacobo Arenas, que no suman más de 100 hombres".
Según Ávila, las desmovilizaciones y la pérdida de capacidad de control territorial han sido los principales retrocesos militares de este bloque, el único de las Farc que ha tenido como comandantes a dos miembros del Secretariado ("Efraín Guzmán" e "Iván Ríos").
Para los voceros de la Brigada IV del Ejército, el frente 36 es quizás el que aún tiene algo de capacidad militar por su solvencia gracias a la droga: "La cuadrilla 36 (norte y nordeste de Antioquia) es la que más plata percibe por tráfico de droga, en alianza con la 18 que delinque en el Bajo Cauca y el sur de Córdoba, donde también se han hecho fuertes por la alianza con la banda de 'Mario'", revela uno de los oficiales de inteligencia de la Brigada IV, con jurisdicción en Antioquia.
En el Oriente en cambio la situación de las Farc es una de las más críticas del país porque los operativos de 2008 y lo que va de 2009 les impiden a los guerrilleros abastecerse de víveres, dinero, municiones, explosivos pólvora o medicamentos.
"Con el despliegue de la operación Fugaz II contra el frente 47 y la desmovilización de 'Karina' con 12 más de sus hombres, la presencia guerrillera en Oriente se ha venido a menos", dice el militar, que pidió la reserva de su nombre por motivos de seguridad.
Además, aseguró que otro de los grandes logros de las ofensivas militares ha sido poder desplazar los frentes guerrilleros de sus sitios habituales y de sus escondites.
Rojas se quedó solo
Un año después de asesinar a su jefe, Manuel de Jesús Muñoz, alias "Iván Ríos", el cuarto al mando del Secretariado, y de entregarse a las autoridades por las promesas del Gobierno a guerrilleros que se desmovilizaran, Pedro Pablo Montoya, conocido como "Rojas", permanece en la cárcel La Picota en Bogotá y se prepara para enfrentar 12 procesos judiciales.
Hoy, mientras comparte celda con David Murcia Guzmán, "Rojas" esta a la espera de las decisiones que adopten jueces y fiscales en su contra.
Hasta ahora ninguna de esas investigaciones está relacionada con la escalofriante historia que protagonizó el 6 de marzo de 2008, cuando se presentó a las autoridades con la mano derecha del comandante del Bloque Noroccidental de las Farc.
Montoya se ha convertido desde entonces en uno de los principales críticos del programa de reinserción del Gobierno y desde su centro de reclusión ha enviado comunicados en los que denuncia problemas de seguridad que afrontan él y su familia.
"La parte jurídica de él, cada semana se complica más. Hace un par de días nos notificaron de otra medida de aseguramiento por la toma de Arboleda", explicó su defensor, Juan Manuel Jerez.
A pesar de las duras condenas que podrían ser proferidas en su contra por delitos como concierto para delinquir con fines de narcotráfico, desplazamiento forzado, reclutamiento ilícito, terrorismo, extorsión, secuestro y homicidio agravado, entre otros, "Rojas" asegura que no se someterá a la Ley de Justicia y Paz.
Según el abogado, "Rojas" entregó suficiente material de inteligencia para arremeter con éxito contra este bloque, pero lo único que vio el desmovilizado del Gobierno fue la espalda.
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