De la tierra solo salían gallinas. Hubo unos instantes durante la mañana de ayer, en el que también salían gritos pidiendo auxilio. Pero después, solo eran las gallinas.
La noche comenzó a las 11:00 pm., cuando Andrés Osorio parqueó su camioneta roja para salir del carro y observar que pasaba metros adelante. Él es un comerciante que trabaja en un estadero ubicado sobre la Conexión Aburrá Occidente. El miércoles, a eso de las once de la noche, iba para su negocio ubicado en el sector de Mestizal, San Jerónimo.
La razón para detenerse era la retroexcavadora que se encontraba removiendo la tierra de un deslizamiento ocurrido frente al negocio de Daniel Díaz, un amigo de Andrés. Al ver que la cosa no se movía, Andrés se fue para el negocio de su amigo y le pidió posada.
-A unos motociclistas que estaban ayer (el miércoles) en el negocio, yo les recomendé que se fueran a Medellín por la carretera vieja, porque en la semana habían caído muchas piedras.
Por eso guardó bien las cosas del negocio y se encerró con su mujer. A la media noche llegó Andrés. A las 3 y media de la mañana, la montaña comenzó a caerse a grandes pedazos, que comenzaron a empujar la puerta del negocio de Daniel.
Después de que todo se calmó, Andrés salió del negocio y se fue hasta donde había dejado su camioneta. La encontró en el borde de la carretera, con un bloque de tierra empujando. Atrás de la suya estaba otra camioneta azul de la Concesión estrellada contra un poste. Y en el fondo, comenzaron a escucharse el cacareo de las gallinas y el grito de dos niñas pidiendo auxilio.
El ciego
Minutos después de que Andrés dejara parqueada su camioneta, llegó otra parecida de color azul y detrás, el último carro de la noche: un camión verde que transportaba un envío de 2.500 gallinas hacia Apartadó.
En él iban el conductor, John Jairo Muñoz Rojo, de 29 años, Sandra Milena Mejía, de 27, y sus dos hijas, Juliana Andrea Sepúlveda Mejía y María Alejandra Espitia Mejía, de 10 y 2 años respectivamente.
John Jairo, que la gente conocía como El Ciego, se bajó para observar lo que estaba pasando. Eran las 3 y 15 de la mañana cuando descendió del camión y solo atinó a gritar, según el conductor de la camioneta azul: "Quítese que se vino la montaña".
Los diez mil metros cúbicos de lodo y piedras arrastraron el camión del El Ciego hasta el borde de la carretera y, debido a la presión descomunal, lo voltearon y lo sacaron de la banca. El camión cayó 10 metros antes de que fuera detenido por la parte baja del puente. Quedó con las llantas mirando hacia el cielo, mientras comenzaba el grito de auxilio de las niñas y la mujer.
Cuando llegaron los primeros organismos de socorro, ya había poco por hacer. John Jairo había muerto de inmediato por el fuerte impacto y las dos niñas no soportaron el peso del lodo sobre el camión. A las ocho de la mañana fueron sacados sus dos cuerpos sin vida. Sandra Milena fue rescatada con vida y fue trasladada al Hospital Pablo Tobón Uribe, mientras las gallinas empezaban a salir de la tierra.
Pico y Placa Medellín
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