Hoy es casi un consenso en Colombia hablar de educación como la respuesta a muchos, si no a todos los problemas del país. Desde mi perspectiva la educación se ha convertido en sinónimo de progreso, competitividad, desarrollo y un mejor vivir.
Sin embargo, hoy me atrevo a proponer que la respuesta no es la educación. En Colombia hemos tenido tanto en el sector público como en el privado personas muy preparadas que han estudiado en las mejores universidades del país o del mundo, y aun así han significado una gran decepción en términos de corrupción.
Yendo un poco más allá, creo que en un país que abarca una profunda crisis de valores la respuesta, al menos en un principio, es la educación ética.
Yo entiendo la ética como una reflexión sobre lo que es aceptado socialmente, en la que se debe dar prioridad al beneficio común sobre el beneficio individual; en una sociedad donde "el vivo vive del bobo", "las cosas no son del dueño sino del que las necesita", y hacemos "culto al avispado", es crucial abrir espacios de educación y reflexión colectiva frente al "status quo", para discutir, debatir, proponer, y de esta manera transformar poco a poco algunas de nuestras bases culturales.
Aunque ya hay avances en el tema de educación ética con iniciativas gestadas desde algunas universidades o desde el Gobierno, nos queda un largo camino por recorrer como sociedad: primordialmente hay que reformar la forma como se enseña "Ética y valores" en los colegios, pues hoy no se configura como espacio para dialogar sobre lo que está pasando en nuestra sociedad; en segundo lugar y muy ambiciosamente, ansío que el currículo de todas las carreras de educación técnica, tecnológica y superior contemplen una asignatura llamada Ética.
Finalmente, es fundamental buscar formas de incluir en este diálogo a una gran cantidad de funcionarios, empresarios y ciudadanos comunes y corrientes, que desde sus respectivos campos de acción puedan proponer y elaborar estrategias de transformación social.
*Taller de Opinión es un proyecto de El Colombiano, EAFIT, U. de A. y UPB que busca abrir un espacio para la opinión joven. Las ideas expresadas por los columnistas del Taller de Opinión son libres y de ellas son responsables sus autores. No comprometen el pensamiento editorial de El Colombiano, ni de las universidades vinculadas con el proyecto.
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