Pues ustedes disculparán muchachos, pero el que les dijo eso se equivocó, porque además de los pregrados universitarios, en la ciudad hay una amplia variedad de programas técnicos y tecnológicos que también los proyectan al mundo laboral nacional e internacional.
Y no son cualquier tipo de programas como podría pensarse, o con un nombre rebuscado y casi impronunciable. Son programas a los que ya se les exige certificación de calidad y que se ajusten a las necesidades del mercado actual colombiano.
Además de las ya conocidas ventajas de estudiar programas de educación para el trabajo y el desarrollo humano (así se conocen los estudios técnicos y tecnológicos) entre las que están los bajos costos, menos tiempo de estudio y facilidad de inserción en el mercado laboral; existe otra razón de peso y que sirve como argumento para elegir uno de estos programas: estar en el mismo nivel de otros países del mundo.
Lo que esto significa es que naciones como Australia, Inglaterra y Estados Unidos, promueven, luego del colegio, los estudios técnicos y tecnológicos.
Lo anterior quiere decir entonces, que dejan sus niveles de productividad y competitividad en manos de estos profesionales.
Al mismo tiempo, la duración de los programas le permite a los estudiantes que a partir del primer semestre salgan al mercado laboral a realizar su práctica, y de esa forma vincularse con mayor facilidad a una compañía o a partir de su experiencia crear empresa.
Para finalizar, la educación para el trabajo también posibilita que sus estudiantes, a través de los llamados ciclos propedéuticos, alcancen la formación universitaria.
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