Aparte de atajar muy bien y meterse fácil en el corazón de la fanaticada roja, Leandro Castellanos se caracteriza por tener un corazón gigante y ser una persona demasiada generosa.
La prueba está en que hace cinco años se propuso compartir algo de sus ganancias personales dándole vida a una fundación de nombre Por la Sonrisa del Niño Toledano, la cual tiene como firme propósito guiar a los chicos hacia un buen futuro, generarles alegrías en los diciembres y brindarles alternativas de superación a través del fútbol.
Convencido de que "no podemos pasar por este mundo sin dejar huella y si que menos sin compartir con aquellos que tienen necesidades", el portero escarlata animó a sus hermanos y logró la vinculación de amigos para repartir cada fin de año 3.000 regalos con refrigerios y un show recreativo en Toledo, el municipio nortesantandereano donde nació hace 28 años.
La vocación social, que este año piensa masificar con un programa para la tercera edad y la consolidación de la escuelita de fútbol, también favorecerá al DIM que hoy visitará al Caldas (7:45 p.m.), porque "el equipo ya tiene 3.200 hinchas nuevos, pues los toledanos siempre le hacen fuerza al club que yo defienda, más ahora que en el elenco rojo vivo uno de mis mejores momentos deportivos".
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viernes
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