El año pasado, debido al cambio de la manera de evaluar que imponía el decreto 1290 de 2009, se temía que un alto porcentaje de los estudiantes de los colegios de la ciudad perdieran el año.
Felipe Andrés Gil, secretario de Educación, recuerda que se hablaba de que el 30 por ciento de los alumnos iban a tener que repetir el curso, "pero gracias a unas directrices que hizo el Ministerio de Educación, terminando el último bimestre, esa cifra no creció más allá del 10 por ciento".
Y es que antes de la aceptación de la ley mencionada, solo podían perder el año en un colegio, máximo, el 5 por ciento de los estudiantes por curso. Lo que llevó a asociaciones de padres y profesores a cuestionar la calidad educativa del país.
Todos esos cambios llevaron a que el año pasado, faltando dos meses para terminar el período académico, varios alumnos presentaran su molestia ante la Secretaría de Educación porque iban reprobando el año debido al nuevo modelo de evaluación.
No obstante, y debido al panorama que se presentó el año pasado, en esa cartera decidieron visitar cada uno de los planteles de la ciudad, hasta el momento van 123. En esas revisiones se evalúan los derechos académicos de los estudiantes y se desarrolla el sistema institucional de evaluación (SIE).
La idea es corroborar que los alumnos estén siendo evaluados de manera justa y en competencias, de acuerdo con el grado en el que están.
En las instituciones
Jaime Sierra, rector de la Institución Educativa José Acevedo y Gómez, cree que con el decreto 1290 se abre la posibilidad de que el nivel educativo sea mucho más alto, pero cree que para eso no hay que volver a los viejos modelos de evaluación.
"La mayoría de los planteles volvieron a calificar como se hacía hace muchos años y en nuestra experiencia hemos comprobado que lo más importante es mantener diálogo con los muchachos", afirma.
Debido a la autonomía que el 1290 les otorga a cada una de las instituciones, en el José Acevedo y Gómez decidieron combatir la deserción antes que cualquier otra cosa, por lo que proponen una "educación integral y autónoma", lo que según el rector, les ha ayudado a que el nivel se mantenga muy bien y siga en alza, y del mismo modo aporta a que los menores se mantengan dentro del sistema.
Pero en todos los colegios no sucede lo mismo, o por lo menos el año pasado las cosas fueron más traumáticas.
Así lo constata Luz Ángela Puerta, rectora de la Institución Educativa Francisco Miranda, "aunque el año pasado estuvimos en un proceso de sensibilización muy importante, los muchachos tuvieron un impacto muy grande y si subió un poco el número de los menores que no aprobaron el curso".
La rectora también cree que este año el panorama es diferente, porque los estudiantes no recibieron una sorpresa. "Los muchachos han tomado mucha conciencia del proceso. Nos dimos cuenta que hay que darles mucha participación y que lo que se organice en el sistema de evaluación institucional se debe cumplir".
De igual manera, para evitar el traumatismo que se presentó el año pasado, Felipe Andrés Gil afirma que ahora se está haciendo énfasis en que los docentes desarrollen evaluaciones que sirvan y aporten al proyecto educativo que tiene cada estudiante y cada establecimiento, "que sea algo integral, trabajar una evaluación en competencias y así generar actividades de apoyo y de recuperación".
Entre la ayudas que el 1290 le brinda está el tema de la promoción anticipada de grado, que estipula que "durante el primer período del año escolar el consejo académico recomendará ante el consejo directivo la promoción anticipada al grado siguiente del estudiante que demuestre un rendimiento superior en el desarrollo cognitivo, personal y social".
El Secretario cree que a ayudas como la promoción anticipada hay que darles mucha más fuerza, "la idea es que este año la calidad suba con la ayuda de todos".
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