"Dios les pague por su bondad", mandó decir Marllybet Piedrahíta a todos los que desde ayer empezaron a comunicarse con ella para ayudarla en su situación.
Sorprendida por la cantidad de personas que ofrecieron colaborarle, dijo sentirse nerviosa. Expresó que nunca imaginó que su historia conmovería tantos corazones, aunque siempre ha sabido que la gente de Medellín y de Colombia es solidaria.
Ella, a pesar de que nunca ha recibido una ayuda en cadena, agradece a las personas que en su vida le han ayudado a llevar su carga, que no es fácil.
Como se informó en la crónica publicada el domingo en este diario, Marllybet perdió sus dos piernas cuando tenía diez años y un vándalo lanzó un explosivo contra un objetivo no claro, el cual le quemó las piernas hasta obligar a los médicos a amputárselas.
Pese a ello, se superó, terminó su bachillerato, hizo una tecnología en secretariado y ahora cursa estudios de atención en call center.
Como el explosivo no le cortó las alas ni le cercenó su corazón, ella se enamoró y, como toda mujer, quiso ser madre. Ahora tiene dos gemelas de 6 meses y un niño de 3 años, por los que quiere luchar, pues casi muere en cada parto.
"Dios quiso que nacieran y que yo también viviera para cuidarlos", narró esta bella y luchadora mujer.
Igual de valioso es el corazón de su esposo Julián Acevedo, un muchacho que se enamoró de ella a primera vista sin fijarse en su carencia de piernas y en todos los compromisos que iba adquirir cuando formalizara un hogar con ella, como cargarla, montarla en sus hombros y ayudarle en muchos movimientos.
"Yo la vi y supe que era el amor de mi vida", dijo este joven obrero de pocas palabras, pero también de un corazón sin límites, igual al de su de madre, Beatriz Correa, que nunca se opuso a la relación.
"No me importó su discapacidad. Lo que cuenta en los seres humanos es la grandeza de su corazón y sus sentimientos y eso le sobra a Marlly, por eso apoyé a mi hijo y lo voy a apoyar, a él, a ella y los niños, mientras Dios me dé fuerzas", fue uno de los testimonios que dio esta noble señora cuando visitamos a Marllybet.
Mensajes
Pura admiración y mucha solidaridad fueron los sentimientos que despertó esta bella madre paisa, a la que el Estado aún no indemniza.
Como han llegado cerca de sesenta mensajes y decenas de llamadas, incluidas varias de España, Estados Unidos y hasta Francia, decidimos publicar algunos en esta edición. Los demás quedan guardados en nuestros registros y, de corazón, gracias para todos por el apoyo.
Dice un lector: "Marllybet, me pareces una persona muy valiente para afrontar tu situación, que no es nada fácil, tu historia nos ayuda a valorar más lo que tenemos y espero que mucha gente deje de preocuparse por cosas tan insignificantes que los hacen infelices, tú nos demuestras que no hay obstáculos para alcanzar lo que soñamos. Sigue adelante que Dios siempre te acompañará".
Dice otro: "Marllybet es una muestra clara del empuje de la mujer colombiana, vivo en el exterior pero voy a mi ciudad en mes y medio y quisiera saber cómo poderla contactar y ayudarla".
"¡Qué linda historia! Felicitaciones a esta verraca paisa". "Estupenda crónica, que muestra la tenacidad de esta mujer, que a pesar de las circunstancias le sonríe a la vida", expresaron otros lectores conmovidos.
Para ayudar a Marllybet, ayer se intentó abrir una cuenta bancaria, como pidieron varios lectores, pero no fue posible. La gestión se hará hoy. Entre tanto, quienes deseen contactarla pueden hacerlo en el teléfono 347 32 94. Gracias de todo corazón.
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