"He trabajado muy duro mucho tiempo para ganar la plata", manifestó un exultante Diego Salazar tras proclamarse subcampeón olímpico de la categoría de 62 kilos de halterofilia en el Gimnasio BUAA de Pekín.
Y plata, por partida doble: la medalla y el dinero para sostener su familia.
El haltero colombiano mostró su agradecimiento a todo el país, a su pueblo (Tuluá), a la familia, a Dios y a su entrenador.
"Él -Gantcho Karoushkov- vio la estrategia de otros y comenzó a hacer pequeños aumentos -en los pesos-", explicó, aún contento con lo realizado. "Jugaba con el peso y mis otros rivales; creo que vino bien ser conservador en algunos momentos. La táctica fue la correcta".
Justamente sobre cómo se dio la posibilidad de subir al podio como primer pesista hombre del país, Salazar expresó que "el manejo de la competencia se hizo con mucha inteligencia, con táctica como dice el profesor Gantcho... poco a poco viendo los rivales, que iban subiendo, que subían de kilo, así muy cerca y esa es la competencia y se manejó así y gracias al profesor y a mi esfuerzo también".
Salazar, quien siempre había estado a la sombra de su compañero Óscar Figueroa, incluso hasta minutos antes de la competencia de ayer, se mostró feliz. "Hay que celebrarlo, me lo viví, me lo soñé, me lo gocé... gracias al cielo".
"Son unos 12 años buscando este triunfo, algunos ya perdían la esperanza, pero en Olímpicos no se sabe, hay que luchar hasta lo último, con mucho ánimo, con mucha fe".
En cada palabra mostró felicidad. "Estoy realmente muy contento por este triunfo; le envío un saludo a toda Colombia, a la gente que cree en los deportistas, que cree en Diego Salazar. Estoy feliz porque hoy se vio reflejado el trabajo que he hecho durante mucho, mucho tiempo... Un trabajo con mucha disciplina y entrega, muy sacrificado".
Múltiple campeón desde cuando empezó en el deporte de élite, en 1999 siendo subcampeón en los Juegos Panamericanos, hasta ser sexto en el Mundial de mayores de Polonia en 2002 y tercero en el Mundial de Santo Domingo-2006, Salazar cree fervorosamente que "esto cambió mi vida".
Y no lo dice en charla. "Mucha gente no creía en mí. Les demostré que tengo con qué, estoy joven y puedo dar más. Confío en Dios".
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