Medellín se está llenando de edificios altos. Cuando salimos por los alrededores de El Poblado, encontramos edificios altos por todas partes. Miami se va quedando atrás, ya no encuentra uno casitas al estilo antiguo, sino moles inmensas que al mirarlas marean a cualquiera.
Esta semana fui a visitar un edificio, que habían terminado esa misma semana, veinte pisos, los propietarios empezaban a pasarse, mientras unos colocaban las nuevas chapas, otros ponían el gas.
En el piso siguiente, una señora recién pasada era víctima de ladrones, oígame bien, en un apartamento que apenas se estaba entregando. Le dañaron la chapa, le rompieron la puerta que parecía de cartón. Al lado, un señor, en el mismo instante, también era víctima de ladrones que lo amarraron y lo amenazaron con un revólver.
Ojo con edificios acabados de terminar... los roban porque los roban... ¿quién? ¿los que allí trabajan o los que vienen a ver los acabados, o los mismos celadores? Eso es imposible de averiguar. Total, que a cambiar de puerta, o chapa, o de apartamento.
No sobra advertir que se debe extremar el cuidar los apartamentos nuevos y claro está, que los viejos también. Pululan los rateros ¿y el castigo?
Pico y Placa Medellín
viernes
3 y 4
3 y 4