Con el grito ¡Giovanni Moreno, Giovanni Moreno...! la tribuna enloquecida rindió homenaje al 10 de Nacional, uno de los mejores hombres en el triunfo 3-0 sobre Independiente Santa Fe, el domingo en el estadio Atanasio Girardot.
El Flaco, con los brazos en alto, sudoroso y con muestra de cansancio tras la faena, aplaudió el gesto de los hinchas que disfrutaron el mejor partido de lo verdolagas en todo el año: fueron efectivos frente al arco rival, recuperaron bien la pelota, la entregaron de la mejor forma y mostraron solidez defensiva, en un trabajo colectivo impecable con brillante desempeño de todos sus integrantes como hace rato esperaba la afición.
Mientras iba camino al camerino con sus compañeros a disfrutar en familia la victoria, Estiven Vélez, ahora mediocampista y considerado por el técnico Ramón Cabrero como el mejor de su hombres el domingo, se dejó contagiar de la emoción de la barra que también coreaba su nombre.
Corrió hasta sur, se despojó de la camiseta mojada por el agua y el sudor, y la tiró a lo más alto de la malla, donde uno de los hinchas recogió el "trofeo".
Todo era alegría y satisfacción en las gradería y el césped del Atanasio, donde después de mucho tiempo (pasaron 43 partidos sin que Nacional ganara por más de un gol de diferencia) se volvió a escuchar el "oleeeee, oleeeeee", gracias a la superioridad de su equipo que se concretó con los goles de Ezequiel Maggiolo (22%¬), Jaír Iglesias (63%¬) y Giovanni Moreno (85%¬).
Los 26.576 seguidores del verde regresaron pletóricos a casa, porque esta vez el conjunto que orienta el técnico Ramón Cabrero los convenció con su fútbol, en una clara demostración de los progresos de las últimas fechas.
Diluvio de emociones
En el primer tiempo Nacional pudo irse ganador por más de un gol. Lo merecía, pero las atajadas de Agustín Julio y un lujo de Giovanni que en lugar de cabecear intentó una chalaca, lo impidieron.
Pero no importó, pues el 1-0 fue suficiente ante un adversario desconocido, apegado a un planteamiento conservador que poco exigió al arquero Eduardo Blandón.
Tras el aguacero del comienzo de la etapa complementaria, en el que los cardenales intentaron reaccionar sin su figura Yulián Anchico, que salió lesionado, Nacional aceleró y con un juego demoledor, con la inspiración de Edwin Cardona, Giovanni, Víctor Ibarbo y demás compañeros que lucieron más sincronizados que nunca, concretó la victoria y sumó seis puntos que los ponen a soñar con la final.
El Expreso Rojo, que llegó como favorito por sus seis triunfos al hilo, se descarriló.
