El hecho de que los papás tomen las decisiones durante los primeros años de la vida de sus hijos, no quiere decir que las necesidades y la personalidad de estos no cuenten a la hora de hacer elecciones importantes como el colegio donde van a estudiar.
Esta decisión implica una responsabilidad de parte de los padres, quienes no solo deben pensar en la formación académica sino en una educación para la vida, como afirma Luz Ángela Giraldo, madre de Laura López, alumna del Colegio Bárbara Micarelli.
Fueron varios los criterios que ella tuvo en cuenta para escoger el colegio de su hija: la formación en valores humanos y cristianos, el acompañamiento permanente en el proceso formativo, la calidad humana, la excelencia académica, la disciplina, responsabilidad y compromiso.
"En el colegio conocen la historia académica de cada alumna, sus aciertos y necesidades. Además, acompañan a las estudiantes y a sus padres para mejorar situaciones problemáticas en lo académico y lo humano", explica Luz Ángela.
Otra experiencia la cuenta Lina María Cadavid, madre de Juan Andrés Cardona, alumno de primer grado del Colegio Integral Nueva Gente. Para ella, las prioridades, las familias y obviamente los niños son tan diferentes entre sí, como las propuestas educativas que se encuentran hoy en la ciudad.
"Al elegir un colegio buscamos siempre una institución en la que nuestro hijo reciba una educación basada en los valores, en el respeto por el ser y por la diferencia, un lugar en el que se le reconociera como persona única y no como un simple número en una lista. Obviamente, con un buen nivel académico y con la enseñanza de un segundo idioma", afirma Lina.
Su hijo Juan Andrés tiene dificultades de aprendizaje, pero en el colegio no vieron esto como un problema sino como un reto y les abrieron las puertas. "Él se levanta feliz todos los días para ir a estudiar y esto es lo más importante para mí", concluye Lina.
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