De principio a fin, las Farc les incumplieron al gobierno Pastrana y al país en el proceso de paz de El Caguán. Allí, después de varios intentos frustrados con otros gobiernos, la guerrilla regresó a una mesa de diálogo con el supuesto interés de una paz negociada.
Se negociaron muchas cosas, pero no la paz. Ganaron en la negociación de una zona despejada de militares de 42.000 kilómetros cuadrados, ganaron en la negociación de numerosos secuestrados, de armas, cada frente negoció con el Secretariado las nuevas cuotas para ganar la guerra... El país aprendió la lección. Por eso el resultado de la votación de la ley que autoriza nuevos diálogos, pero sin caguanes.
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