Los equipos domésticos que funcionan con la llama azul también necesitan una revisión exhaustiva. Aquí no solo está en juego su buen estado sino la seguridad de los habitantes del hogar.
Hernán Darío Múnera, coordinador de Soporte Técnico de Haceb, explica que la revisión preventiva de las cubiertas o estufas a gas consiste en verificar que no existan fugas y que los acoples estén perfectamente sellados. Para ello, se utilizan equipos especiales de medición.
También se chequea el estado de los inyectores, las mangueras, perillas y el cableado en general.
Calentadores
Los hay de acumulación, que son los cilindros que almacenan el agua, y los de paso.
Al primero, dice el experto de Haceb, las personas deben drenarle el tanque cada tres o cuatro meses para eliminar impurezas.
En el mantenimiento preventivo el técnico retira, limpia y revisa el kit de encendido. Este tipo de calentadores tienen un ánodo de magnesio que absorbe los residuos sólidos y metales, con el fin de proteger las paredes del equipo. Esta pieza es evaluada por el experto para conocer su estado y si amerita un cambio. Se recomienda que esta intervención del técnico se realice cada seis meses.
Por su parte, en los calentadores de paso el mantenimiento se centra en revisar que los ductos de evacuación estén bien direccionados al exterior. Asimismo, se evalúa cada uno de sus componentes con equipos de medición para detectar fugas. El objetivo: gasodomésticos seguros.