El escritor peruano Mario Vargas Llosa aseguró que las "sociedades inestables, percibidas por quienes las viven con una gran inseguridad (...) son las que suelen producir las literaturas y las novelas más ambiciosas".
Así lo expuso en una charla con el periodista y escritor Héctor Abad Faciolince, en uno de los eventos centrales del Hay Festival de Cartagena de Indias, que congregó a cientos de personas en el emblemático Teatro Adolfo Mejía.
Abad Faciolince recordó que en una entrevista durante el auge del "boom latinoamericano" de la década de los 60, Vargas Llosa afirmó que "solo las sociedades en crisis hacían buena literatura", como fue el caso de Rusia a finales del siglo XIX.
Hoy, al cabo de cuarenta años, el autor de La ciudad y los perros argumentó que no cree en que haya "leyes inflexibles" que rigen el mundo de la literatura, sino que el brillo de una novela depende de su autor.
Sin embargo, consideró que existe una tendencia por la cual las sociedades "percibidas por quienes las viven con una gran inseguridad, con la sensación de que el suelo se va a abrir y nos vamos a hundir en una especie de caos, son las que suelen producir las literaturas y las novelas más ambiciosas".
"No es casualidad que en América Latina surja (hacia 1960) una novelística tan ambiciosa, tan diversa, en un período en el que nadie apostaba por arreglar la región. Vivíamos al borde del abismo, ¿qué iba a ser de América Latina? Había una sensación de crisis muy profunda", sostuvo.
Por otra parte, apreció que "las sociedades estables (...) suelen producir una literatura bastante menos ambiciosa y que muchas veces es de pura diversión o experimentación" y que "conciben con gran desconfianza, como algo ingenuo o pueril el pretender grandes composiciones novelescas".
Antes y después
Desde el tiempo en que junto con el Nobel Gabriel García Márquez y el mexicano Carlos Fuentes firmaran con letras doradas el pasado y el futuro de lo que debería ser la literatura latinoamericana, Vargas Llosa destacó los efectos del "progreso".
"Creo que aunque la barbarie está allí todavía ha habido un enorme progreso" en países como Brasil, Perú y Colombia, en parte gracias a los avatares políticos.
También valoró que en las nuevas letras latinoamericanas "se están haciendo cosas muy interesantes, aunque no haya una línea común entre el trabajo de todos los escritores".
Por otro lado, Vargas Llosa habló de la recurrencia de los dictadores y los "fanáticos" en su obra y admitió que le fascinan en la medida en que "son lo contrario de lo que es uno".
Abad Faciolince entonces aprovechó para preguntarle a Vargas Llosa por un supuesto nuevo autoritarismo en América Latina, a lo que contestó: "hay que acabar con los caudillos porque han sido la tragedia de nuestra historia, no hay hombres providenciales. Los caudillos al final son máquinas destructoras".
"Hay que afrontar esta cosa que nos parece a veces mediocre, que es la democracia", reflexionó el reconocido escritor, quien en 1990 intentó ser presidente de Perú y fue derrotado en las urnas por Alberto Fujimori.
Vargas Llosa confesó su admiración por los héroes civiles, respetuosos de las leyes y las reglas de juego que han hecho avanzar a sus países y vaticinó que "cuando haya eso en Latinoamérica, ésta empezará a progresar muy rápidamente".
