El presidente de E.U., Barack Obama, promulgó este viernes una "histórica ley" que ofrece protecciones "firmes y fiables" a miles de consumidores "atrapados" en inmensas deudas de tarjetas de crédito por las prácticas abusivas de los bancos.
Durante un acto en la Rosaleda y bajo un sol intenso, Obama firmó una ley, aprobada esta semana en el Congreso, que prohíbe un aumento arbitrario en las tasas de interés, tarifas ocultas, cambios súbitos en los contratos y otras prácticas de los bancos emisores de tarjetas de crédito.
"Estamos poniendo en marcha algunas reformas de sentido común diseñadas para proteger a los consumidores", dijo Obama rodeado de líderes de ambas cámaras del Congreso que patrocinaron la ley.
Obama, que durante la campaña electoral se presentó como el paladín de las clases media y trabajadora, señaló que la mayoría de los estadounidenses utiliza las tarjetas por conveniencia o como una "muleta temporal" para costear algún gasto imprevisto.
Para una minoría de consumidores, su uso se convierte en una "dependencia inestable e incómoda", y terminan gastando más de lo que tienen, se quejó.
En estos tiempos de crisis, muchos se han quedado sin trabajo o sin seguro, o han visto aumentar sus hipotecas, por lo que dependen de las tarjetas "precisamente porque querían cumplir con sus responsabilidades y quedaron atrapados", explicó Obama.
Citó el caso de Janet Hard, una enfermera de Michigan presente entre el público y cuya tasa de interés subió al 24 por ciento, pese a mantener un buen historial de pago.
La enfermera no está sola ya que, según Obama, en la última década las deudas en las tarjetas de crédito se han incrementado un 25 por ciento en el país y uno de cada cinco estadounidenses paga intereses superiores al 20 por ciento.
Obama recalcó que su Gobierno no "excusa ni condona a quienes han actuado de forma irresponsable" y que la gente "tiene que vivir dentro de sus medios y pagar lo que debe".
Pero también las instituciones financieras tienen que actuar con "transparencia y responsabilidad", enfatizó.
Se calcula que cerca del 80 por ciento de las familias en E.U. tiene una tarjeta de crédito y el 44 por ciento de ellas mantiene un saldo. El promedio de deuda supera los 7.000 dólares.