A la distancia ha seguido muy de cerca y con el corazón en la mano el desenlace de la lesión de su hijo, el delantero colombiano del Mónaco Falcao García (Lea más: El Tigre se rompió el ligamento cruzado anterior).
Radamel, el padre, seguía a través de la televisión el partido contra Chasselay, un juego sobre el papel sencillo, sin complicaciones, correspondiente a los dieciseisavos de final de la Copa de Francia.
Era un juego de trámite, casi un entrenamiento, pero así las cosas terminó en una tragedia para el principal referente de la selección Colombia (Lea más: Falcao necesita mínimo seis meses de recuperación) que se alista para jugar el Mundial en Brasil.
Sobre los 40 minutos, un jugador tan desconocido como su equipo, Soner Ertek (Lea más: Jugador que lesionó a Falcao denunció amenazas), fue a un mano a mano con el Tigre, sobre el costado derecho del área, se barrió para bloquear al colombiano, sin mala intención, pero el peso de su cuerpo hizo presión extrema sobre la rodilla de Falcao, quien fue al piso y de allí no se paró.
Desde ese momento, a don Radamel le entró malicia y su sentido de padre le decía que algo andaba mal, corazonada que trascendería horas después, cuando los médicos del Mónaco oficializaban que Falcao había sufrido una lesión en el ligamento anterior cruzado de su pierna izquierda.
Pero más allá de esa molestia que sintió por ver a su hijo tendido en el suelo, dando muestras de dolor y, después, ser sacado en camilla, el papá de Falcao fue lo suficientemente imparcial para evitar señalamientos drásticos sobre el infractor.
“Jugué en esa posición, el muchacho (Ertek) no obró de mala intención, trató de desestabilizarlo, de obstruirlo, porque fue con la pierna derecha; se estaba jugando su partido, no lo hizo con mala intención, por lo tanto no hay que criticarlo ni enjuiciarlo”, expresó Radamel García durante una entrevista conel canal televisivo argentino Fox Sports.
“Desafortunadamente la pierna de mi hijo quedó apoyada y fue cuando él (Ertek) la estiró y sucedió lo que todos sabemos”, complementó.
Aseguró que en las dos comunicaciones telefónicas que tuvo con su hijo, lo notó muy tranquilo, calmado, sin angustias y con la fe como su principal soporte.
“Lo primero que le dije es que tuviera mucha fuerza y seguridad de las cosas, que Dios sabía por qué las hacía. Le dije que ya había ganado mucho y que quizá ya era hora de perder un partido; que tal vez Dios le estaba enviando un mensaje. Que en cinco años le había mandado muchas victorias y que ahora le mandaba una derrota para fortalecerlo”, manifestó.
Muy centrado, don Radamel sabe que Falcao no tiene otro camino diferente a pasar por el quirófano y encarar la situación con toda la madurez y responsabilidad del caso.
”No hay otra que operarse y hacer la recuperación lo más pronto posible; tener mucha conciencia de ese proceso”, dijo.
Explicó por qué el Tigre decidió ponerse en manos de especialistas en Portugal, descartando ser tratado en Francia, donde reside.
“Se trata de un médico que opera a todos los jugadores de Europa, del Real Madrid, Barsa y muchos clubes europeos. Su empresario lo conoce y tomaron esa decisión”.
Finalmente, respondiendo la pregunta que todos los colombianos se hacen después de conocerse la gravedad de la lesión de Falcao, su padre volvió a mostrarse muy lógico y extremadamente realista.
“Es una lástima que haya ocurrido esto, por estar tan cerca el Mundial. Pero la vida continúa, él tiene que operarse, hacer lo que tenga que hacer y estar pendiente de su recuperación. Creo que solamente con un milago Falcao podría jugar en Brasil. Es una lesión que se demora de 5 a 6 meses y no se puede acelerar su recuperación”.
