La información veraz e imparcial es un objetivo del periodismo y un derecho de los lectores. Pero además es preciso que los medios y los periodistas contribuyan a la divulgación de la pedagogía electoral, para que el ciudadano comprenda qué función cumplen los partidos y movimientos políticos; quiénes son los candidatos y qué ofrecen en sus programas de gobierno; cómo es el proceso electoral; cuáles son las autoridades; cuáles son los delitos contra el sufragio y dónde se denuncian los casos de corrupción, para citar solo algunos de los temas que son interés prioritario en este tiempo de elecciones.
El rigor periodístico es clave para darles la real dimensión a los hechos, de tal manera que no se incline la balanza por subexposición de unos candidatos y la sobreexposición de otros.
Este atributo sí que es necesario a la hora de dar a conocer los resultados de las encuestas políticas. La inclusión de la ficha técnica es apenas uno de los requisitos. Se requiere cuidado y prudencia al explicar las cifras y porcentajes y al comparar resultados de sondeos diferentes.
La publicación de los programas de gobierno sin ningún contexto ni análisis es mera propaganda. El periodismo debe abogar por la construcción de una agenda política que tenga en cuenta las aspiraciones de los electores. La deliberación es vital porque es el escenario en donde se confrontan las distintas agendas: la de los políticos, la de los medios y la del ciudadano.
Nunca sobra ahondar sobre la legislación y las normas que rigen la campaña política, además de estar atentos a una eventual violación de este conjunto de disposiciones.
Así mismo, es un excelente aporte a la democracia informar las funciones de las autoridades electorales, antes de la jornada y, por supuesto, el día de elecciones. Esta información debe ser detallada y de fácil comprensión para que toda persona se sienta orientada, especialmente en la descripción de los delitos electorales y en explicación sobre quién y dónde atienden reclamos y denuncias.
Es importante contextualizar los resultados electorales de una ciudad o región e informar sobre el papel de los jurados, los horarios y lugares de votación y hasta el pronóstico del tiempo.
La reforma política acaba de introducir nuevas disposiciones que los medios deben divulgar y explicar para que la jornada electoral sea la fiesta de la democracia y no el mercado público y corrupto de votos por favores.
En una palabra, el periodismo debe ampliar la visión y no quedarse en el registro de una información que bien puede ser pura propaganda. Estas elecciones tienen un profundo significado para la ciudadanía: al fin y al cabo se elegirán los gobernantes más cercanos. Sobre ellos, el ciudadano funda la esperanza del bienestar.
Seguramente en el transcurso de este debate que se desarrollará con mayor intensidad en los próximos tres meses, habrá que volver a insistir o ampliar algunos conceptos expresados en las últimas columnas.
*Defensor del lector de EL COLOMBIANO
Pico y Placa Medellín
viernes
3 y 4
3 y 4
