El violento huracán Gustav se alejó ayer de Cuba, donde dejó viviendas derrumbadas, árboles caídos, cultivos afectados y problemas en el tendido eléctrico pero ninguna víctima fatal, tras haber matado a 84 personas en otras naciones del Caribe.
A su paso por Cuba, Gustav era un huracán de categoría cuatro, con vientos de 240 kilómetros por hora, pero al salir se debilitó a categoría tres. Existe el peligro de que se fortalezca y alcance su potencia máxima, de nivel cinco en la escala Saffir-Simpson. Al mediodía de ayer tenía vientos de 195 kilómetros por hora.
Las provincias cubanas más afectadas fueron las occidentales hasta La Habana, pues el meteoro rozó la pequeña Isla de la Juventud antes de salir al mar e internarse por la región de Pinar del Río, el sábado.
"El panorama es desolador", dijo un reportero contactado telefónicamente por la televisión en la Isla de la Juventud, donde el meteoro tocó con la pared de su ojo. "Parecía la onda expansiva de cualquier artefacto militar... edificios sin ventanales, sin puertas, pocos arboles quedan en pie", agregó el locutor.
En La Habana las pérdidas fueron menos cuantioas, según las autoridades.
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