Una absurda situación, encontrar a quién le gustaría que le taparan con muros su vivienda, no fue tan difícil. Según declaraciones divulgadas el domingo, al gerente del Idea, Álvaro Vásquez, el paisaje no le interesa. Lógico suponer que se refería al que disfrutan los demás, no al suyo.
Al dolerse porque al departamento se le causaría un daño económico de 24.000 millones de pesos anuales si se frenan microcentrales eléctricas propuestas, expresó que "no nos podemos dejar distraer por el aspecto paisajístico, que es el más fácil de rebatir". Y agregaba: "la afectación es solo del tubo, que es facilísimo de mimetizar". Los muros al frente de sus propiedades, también.
Ese no es el asunto. El paisaje es un bien público. Para Vásquez, se está frenando el desarrollo. Podría ser que a unos dirigentes les queda grande el tema. Con las tecnologías actuales, decir que parar unas microcentrales afecta el porvenir es tener una visión limitada del mundo.
En muchos países hay sociedades dedicadas a la protección del paisaje y algunas incluyen oficinas públicas, que creen que la transformación no la puede decidir alguien sentado en cómoda oficina, sino que los ciudadanos en general y los afectados en particular, tienen derecho sobre ese bien.
Las hay, por ejemplo, en República Checa, Reino Unido, Nueza Zelanda (precisamente para proteger áreas en hidroeléctricas).
Elizabeth Derryberry, investigadora de postdoctorado en la Universidad de Luisiana, publicó en The American Naturalist cómo la transformación del paisaje afecta el canto de las aves y nos dijo que una corriente de agua también afecta.
Hay otras investigaciones, como en ranas, de la Universidad de California, que muestra cómo inciden las corrientes en su comunicación y de la Universidad Stanford sobre la influencia del paisaje en la fertilidad del suelo.
¿Cómo afecta la destrucción de una cascada? Habría que estudiarlo, pero sí afecta la vida de los lugareños, que tienen derechos, como los tienen, protegidos por ley, los animales. ¿Compraría el señor Vásquez una finca contigua a un basurero? Es que el paisaje no importa.
¿Estarán equivocados centenares de científicos que estudian la transformación del paisaje?
Deben vigilar comunidades y grupos ambientales para defender este patrimonio. Y convocar a expertos para mostrar formas de progresar sin destruir a Antioquia.
¿Cuánto ha costado al departamento el arrasamiento de los recursos naturales a costa de la transformación del paisaje? Los 24.000 millones de pesos, se puede demostrar, serían la menuda.
Pico y Placa Medellín
viernes
3 y 4
3 y 4