El Solar Impulse es una aeronave extremadamente ligera, pues pese a tener la misma envergadura que un Airbus 340, pesa poco más de 1.600 kilos, lo que la hace especialmente vulnerable a las fuertes rachas de viento.
"Nuestro principal problema era la velocidad del viento. Al principio estaba un poco asustado, ahora sabemos cómo enfrentarnos a las rachas de viento y cómo aprovecharlo", explicó el piloto Bertrand Piccard desde la cabina de la aeronave, justo cuando sobrevolaba Burgos, en el centro-norte de España.
El avión solar despegó de Payerne en Suiza el 24 de mayo con la intención de cubrir la distancia entre esta población helvética y Rabat en Marruecos, donde aterrizó el 5 de junio tras efectuar una parada técnica de 10 días en Madrid.
André Borschberg fue el encargado de pilotar el Solar Impulse en el vuelo de ida, mientras que Bertrand Piccard es quien lo conduce de vuelta a Suiza desde Marruecos.
El vuelo de regreso de esta aeronave estaba previsto para el 3 de julio, sin embargo las condiciones meteorológicas no permitieron despegar desde Marruecos hasta el día 6, cuando el avión finalmente partió hacia Madrid, donde realizó otra parada técnica para este martes volver a despegar hacia Suiza.
"Desde Rabat a Madrid volábamos muy bajo, después vimos que a una mayor altitud, a unos 8.000 metros, había unos vientos fuertes que podíamos aprovechar para llegar a Madrid", agregó Piccard.
Fuentes del proyecto Solar Impulse explicaron que el vuelo entre Madrid y Payerne podría precisar una parada técnica en Toulouse en el sur de Francia, debido a las diferencias en las condiciones meteorológicas entre España, Francia y Suiza, pero agregaron que la decisión de continuar o no el vuelo deberá tomarse "en el último minuto".
Piccard opinó que un buen aprovechamiento de los fuertes vientos que se esperan en la zona podría permitir al avión volar más rápido, aunque explicó que habrá que esperar hasta el atardecer, cuando no haya turbulencias, para tomar una decisión u otra.
"La vuelta a casa desde Madrid presenta muchos retos, pero me siento mucho más relajado que en la primera etapa", agregó.
Preguntado por sus planes de futuro en el campo de la aviación solar, Piccard explicó que actualmente se está construyendo un segundo avión solar que estará listo en 2014, más grande y que permitirá al piloto tumbarse en la cabina, así como volar bajo la lluvia.
Asimismo, afirmó que durante el próximo año es posible que proyecten vuelos a otros países porque "la experiencia de volar a Madrid y Rabat ha tenido mucha repercusión", lo que les valió la invitación de otras naciones para repetir la hazaña.
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